04/05/2021 El fruto del Espíritu es la paz, por eso el creyente puede mantener la paz en medio de los conflictos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 04 MAYO 2021

El fruto del Espíritu es la paz, por eso el creyente puede mantener la paz en medio de los conflictos

Pablo fue apedreado tal como lo había sido Esteban. Pablo aprendió la lección luego de aquel acontecimiento; en adelante seguirá las grandes rutas y sólo se detendrá en la ciudades más importantes donde hay comunidades judías que lo puedan acoger y donde un cierto número de personas pueden entender su griego y su mensaje
Primera lectura Hch 14,19-28
La Fe tiene que enraizarse en una tierra, en comunidades humanas y en sus culturas, en grupos humanos.
Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos.
En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe; después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos
1 Es el final del primer viaje misionero de Pablo, que vuelve por los mismos lugares en los que ya había predicado el Evangelio, para afirmar a sus gentes en la fe y afianzar las nuevas comunidades. No nos creamos nosotros que la fe es algo que adquirimos y ¡ya está!.
2 La fe hay que tratar siempre de mantenerla y acrecentarla, esforzándonos en vivirla cada día con más autenticidad, e intentando comunicarla a los demás en un clima de respeto y diálogo, dando testimonio sin complejos ni cobardías.
3 En Pablo tenemos un excelente ejemplo. En nuestra comunidad podemos comentar las obras realizadas en nombre del Señor.

Este salmo es como una letanía: Dios es justicia, fidelidad, bondad, autor de prodigios. Nos invita a descubrir la inmensa riqueza de Dios en sus obras, en su revelación, en la persona de Cristo hecho hombre
Sal 145 ,10 - 11. 12 - 13ab. 21
Haz, Señor, que sepamos ser agradecidos, que nuestra oración incluya la alabanza y la bendición
Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.
Para que vean los hombres tus proezas,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
y que todo ser viviente bendiga su santo nombre por siempre jamás.
Nuestra experiencia de la bondad y misericordia del Señor nos debe de llevar a darle gracias con frecuencia, a bendecirle y alabarle, contemplando como todas sus criaturas le alaban a su manera.
Porque admiramos, Señor tus hazañas, la creación que a nuestros pies has puesto, la libertad con la que nos has creado; enséñanos a usarla con justicia para que tu paz pueda extenderse a todo el mundo.
Y haz, Señor, que sepamos ser tus misioneros ante todos los que nos rodean, que sepamos explicar tu Palabra que lleva encerrada tus maravillas, el amor del Padre proclamado por el Hijo
Permanecer bajo tu reinado es nuestra máxima aspiración; te rogamos que mantengas nuestra conciencia atenta al amor y bondad que en ese Reino se respira, irradiándolos a todas aquellas personas con las que nos encontremos en la vida
Y que nuestra palabra esté presa de tu Palabra, alabando la presencia de tu Reino entre nosotros.
La liturgia judía reza el salmo 145 dos veces al día: al final de la plegaria litúrgica de la mañana y al inicio de la plegaria litúrgica del mediodía. Hay quien lo ha calificado de «colección de jaculatorias»; de hecho muchos de sus versículos tienen sentido por sí mismo y podrían ser utilizados como breve oración personal a lo largo de nuestra jornada laboral.
Claro que, ¡cuántas verdades encierra!, ¡cuánta profundidad tiene!
Sabemos, Señor, de tu clemencia y misericordia, siempre presentes en nuestra vida terrena, siempre en la esperanza de la nueva presencia resucitada
Haznos también a nosotros lentos en nuestra cólera, que seamos capaces de verte en nuestra vida y de ejercer la piedad en vez de la venganza
Y extiende tu bondad y tu cariño a todas nuestras acciones para que sean dignas del mensaje de vida que nos has encomendado
Y haz, Señor, que sepamos ser agradecidos, que nuestra oración incluye la alabanza y la bendición, reconociendo la gloria que nos transmites, y la gran hazaña de la creación
Tu apoyo y tu pastoreo serán siempre guía en nuestra vida, sosteniéndonos en nuestras humanas caídas y enderezando nuestra cerviz cuando nos parece que no podemos con el peso de las angustias humanas.

En el siglo IV el gran obispo y defensor de la fe, San Hilario, escribía: “El Padre es mayor por ser el que da, pero si da al Hijo su propio ser Único, el Hijo ya no es menos que el Padre”.
Evangelio Jn 14, 27 – 31 a
Cada vez que la comunidad se reúne y proclama la Palabra, Jesús se hace presente en medio de nosotros y nos dice: Recibid mi paz
Mi paz os doy.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»
1 Porque ya decíamos en el Salmo que el Reino de Dios es un Reino de paz, y Jesús, el Hijo de Dios, vino a comunicarnos esa paz de parte del Padre, una paz confirmada por la muerte y resurrección de Jesús.
2 No es una paz “ausencia de guerra”, no es una paz como la de aquel que no quiere que se metan en su vida y se la compliquen: es una paz don y promesa de todo aquello que Jesús incluye en la fe.
3 Es decir, es una paz que va mucho más allá del término normal que usamos; es una paz que nos puede llevar a tranquilizar nuestros corazones, aún en la “lucha” contra el mal y en beneficio de los más necesitados.
4 Debemos rogar al Señor que permanezca en nosotros su paz y que sepamos encaminarla a favor del resto de los que nos rodean.

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE? : Trabajemos nuestra fe; esto nos hará estar más cerca del Señor y en mejor posición de ánimo para ayudar a nuestro prójimo. Pablo siempre tiene las palabras adecuadas para “tirar palante”. La acción de gracias y alabanza al Señor deben de acompañar a ese crecer en la fe, ya que la certeza del Reino es muy gratificante. ¡Ah!, y no dejemos de esparcir paz a nuestro alrededor, paz activa pero no agresiva.

¿QUÉ NOS DICE? : ¿Participamos activamente en nuestra comunidad aportando nuestras experiencias de fe para enriquecimiento de todos? ¿Correspondemos fielmente a la fidelidad del Señor? ¿Actuamos con timidez o cobardía o dudamos, en situaciones en las que sabemos que sería bueno exponer nuestra fe sin ambages?

LA ORACIÓN: Alabemos a Cristo, que con su poder reconstruyó el templo destruido de su cuerpo, y supliquémosle que nos conceda los frutos de su resurrección. Te lo pedimos, Señor

CARTA ENCÍCLICA FRATELLI TUTTI DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE
LA FRATERNIDAD Y LA AMISTAD SOCIAL
157. La pretensión de instalar el populismo como clave de lectura de la realidad social, tiene otra debilidad: que ignora la legitimidad de la noción de pueblo. El intento por hacer desaparecer del lenguaje esta categoría podría llevar a eliminar la misma palabra “democracia” —es decir: el “gobierno del pueblo”—. No obstante, si se quiere afirmar que la sociedad es más que la mera suma de los individuos, se necesita la palabra “pueblo”. La realidad es que hay fenómenos sociales que articulan a las mayorías, que existen megatendencias y búsquedas comunitarias. También que se puede pensar en objetivos comunes, más allá de las diferencias, para conformar un proyecto común. Finalmente, que es muy difícil proyectar algo grande a largo plazo si no se logra que eso se convierta en un sueño colectivo. Todo esto se encuentra expresado en el sustantivo “pueblo” y en el adjetivo “popular”. Si no se incluyen —junto con una sólida crítica a la demagogia— se estaría renunciando a un aspecto fundamental de la realidad social.



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