31/07/2021 ¿Somos capaces de comprometernos por la verdad, la justicia, la moral?

 

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 31 JULIO 2021
¿Somos capaces de comprometernos por la verdad, la justicia, la moral?

La tierra necesita un descanso. Se sabe cómo en los tiempos actuales muchas tierras se han agotado al ser cultivadas indebidamente. Dios ordena que la tierra descanse. El año sabático, ocurre cada siete años, como el sábado o el día de descanso ocurre cada siete días. Se trata de frenar ese empeño febril en la dedicación laboral, que llega a convertirse en una auténtica enajenación del hombre
Primera lectura Lv 25,1.8-17
Algo así necesitaríamos en este mundo moderno nuestro
El año jubilar cada uno recobrará su propiedad
El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí: "Haz el cómputo de siete semanas de años, siete por siete, o sea cuarenta y nueve años. A toque de trompeta darás un bando por todo el país, el día diez del séptimo mes. El día de la expiación haréis resonar la trompeta por todo vuestro país. Santificaréis el año cincuenta y promulgaréis manumisión en el país para todos sus moradores. Celebraréis jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y retornará a su familia. El año cincuenta es para vosotros jubilar; no sembraréis ni segaréis el grano de ricio ni cortaréis las uvas de cepas bordes. Porque es jubileo; lo considerarás sagrado. Comeréis de la cosecha de vuestros campos. En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad. Cuando realices operaciones de compra y venta con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques. Lo que compres a uno de tu pueblo se tasará según el número de años transcurridos después del jubileo. Él a su vez te lo cobrará según el número de cosechas anuales: cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, menor será el precio. Porque él te cobra según el número de cosechas. Nadie perjudicará a uno de su pueblo. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor, vuestro Dios."
1 Al cabo de siete semanas (coge el siete de los días de la semana, y así hace los cuarenta y nueve años) de años estaba previsto el año jubilar: El año jubilar es el año de la remisión de todas las deudas, entendido en un sentido universalista, para todos.
2 Cada semana de años (cada siete años) terminaba para los judíos con un año sabático, en el que se debía dejar en libertad a los esclavos y a los deudores y hacer descansar la tierra. Dios no quiere que acaparemos; quiere que se reparta mejor.
3 El año jubilar se anunciará en toda la tierra al sonido de trompeta, y en él no se sembrará la tierra, no se vendimiará la viña, y vivirán todos de lo que ésta produjera espontáneamente.
4 En ese año, las propiedades volverán a la familia a quien antes habían pertenecido. De aquí resulta lógico que al venderlas se tase su valor en proporción a los años que falten hasta el jubileo.
5 Esta ley se funda en el principio de que la tierra es propiedad de Yahvé, el cual concede el usufructo a su pueblo, repartida entre familias. Para impedir la alteración de este reparto y la acumulación de riquezas en manos de pocos, el legislador establece este rescate de las propiedades vendidas.
6 Parece una ley ideal con múltiples inconvenientes en cuanto a el desarrollo de las familias en los cincuenta años, la devolución sin indemnización ninguna, la falta de estímulo para mejorar unas tierras que habría que devolver, etc. No hay, en efecto, constancia de su cumplimiento.
7 Sin embargo, tendríamos que ser conscientes de que jamás la propiedad privada fue de derecho divino. Jesús anuncia el "año de gracia" definitivo, en el que habrá justicia y libertad para siempre en la tierra. Luchó para lograrlo.
8 La Iglesia ha desarrollado ampliamente su doctrina social en Encíclicas de diversos Papas desde muy antiguo hasta nuestros días. Un mínimo resumen podría ser: “«El principio del destino universal de los bienes es una invitación a desarrollar una visión económica inspirada por valores morales que permitan a las personas no perder de vista el origen o propósito de estos bienes, de manera que se logre un mundo de justicia y solidaridad, en el que la creación de riqueza pueda tener una función positiva» (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, DSI, 174).
Te rogamos, Señor, que limites nuestra ambición dando oportunidad a la tierra para que recupere su fertilidad, al igual que las personas

Este salmo es un mensaje muy actual, pues implica superar odios y hostilidades para que todos los hombres puedan sentarse en la única mesa y alabar al Creador por tantos dones que nos ha hecho. Ya otras veces hemos hablado de ese “temor” que indica el Antiguo Testamento; implica el respeto al Padre, un respeto lleno de amor y no de miedo
Sal 67, 2-3.5-7-8
El fruto de la tierra es una de las muchas bendiciones del Señor
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga;
que le teman hasta los confines del orbe.
Ten piedad de nosotros, te lo rogamos Señor, para que sepamos bendecirte y alabarte, y gozar así de tu luz y retransmitirla a los que nos rodean, de forma que la alegría cristiana sustituya a la melancolía ritual, sabedores de tu bendición y de que el temor a Ti es realmente amor y respeto a un Padre misericordioso y fiel
Este salmo, Señor, es reconocer tu paternidad y rogarte que tu bienestar y tu prosperidad venga sobre nosotros y sobre todos los pueblos; que todos sepamos reunirnos en ese eje que tu Hijo represente y refleja, como el eje de una rueda en la que todos los radios se reúnen en él.
Así, Señor, todos juntos cantaremos alegres tu justicia, se apagarán las guerras, el hambre y las emigraciones, y todos sentiremos la ternura de tu gobierno pleno de felicidad, recibiremos con gratitud el fruto de la tierra y seremos capaces de bendecir el amor que nos das. Gracias, Señor

Herodes no tenía buena conciencia. Había mandado decapitar al profeta; pero temía un castigo divino. Y, de lejos, ¡Jesús le aparecía como una reviviscencia de aquél que había creído decapitar! Creyendo, incluso de modo supersticioso, en esta intervención milagrosa de Dios, Herodes estaba, de hecho, más cerca de la verdadera personalidad de Jesús, que sus compatriotas de Nazaret, que no veían en El más que al carpintero.
Evangelio Mt 14, 1 – 12
La infidelidad es mala consejera
Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús
En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus ayudantes: "Ése es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los poderes actúan en él." Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: "Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista." El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.
1 Las afirmaciones de Herodes evidencian el gran prestigio que entonces tenía Juan en general, y en particular en la opinión de este dirigente. Al mismo tiempo se da a entender aquí el temor ante el juicio de Dios, que experimenta el que hizo dar muerte a Juan.
2 Herodes se había apoderado del hombre de Dios, y ¿Dios ahora triunfaba sobre la malicia y violencia humanas mediante la resurrección de los muertos? ¿Le amenazará también a él algún mal?
3 La denuncia de la maldad y la injusticia puede acarrear trágicas consecuencias, como aquí nos narra Mateo, o, cuando menos, situaciones incómodas o provocar decisiones que prolongan la injusticia cometida.
4 El gobierno del tirano dueño de todos los resortes del poder, con gente de su “cuerda” a todos los niveles, lleva a estas situaciones, que, desgraciadamente, se siguen produciendo con unas u otras clases de manifestaciones, con guerras y sufrimiento de millones de seres humanos.

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE?: El compartir es, desde hace luengos años, aspiración espiritual del ser humano, reflejado en indicaciones y leyes. Modernamente el impuesto, obligatorio (ya que voluntariamente nos cuesta mucho compartir) es el instrumento del Estado para repartir mejor, pero vemos que ¡ni así somos capaces! La reunión de todos en ese eje que Jesús representa nos traería otro mundo más humano con la dignidad del hombre respetada en todos por igual, evitando, además, cualquier invasión de autoridades injustas.

¿QUÉ NOS DICE?: ¿Somos capaces de compartir lo que tenemos? ¿Somos conscientes de as necesidades evidentes que tienen muchas personas a nuestro alrededor? ¿Somos “fundamentalistas” en nuestra fe o admitimos que somos un radio más de la rueda caminando hacia el Señor? ¿Somo autoritarios o comprensivos, siempre con la razón o razonables?

LA ORACIÓN: Te rogamos, Señor, que Tú que nos has hecho llegar al comienzo de este día, haz que toda nuestra vida, unida a la de Cristo, sea alabanza de tu gloria. y que vivamos siempre arraigados en la fe, esperanza y caridad que tú mismo has infundido en nuestras almas. Te lo pedimos, Señor

CARTA ENCÍCLICA FRATELLI TUTTI DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE LA FRATERNIDAD Y LA AMISTAD SOCIAL Sobre todo con los últimos
233. La procura de la amistad social no implica solamente el acercamiento entre grupos sociales distanciados a partir de algún período conflictivo de la historia, sino también la búsqueda de un reencuentro con los sectores más empobrecidos y vulnerables. La paz «no sólo es ausencia de guerra sino el compromiso incansable —especialmente de aquellos que ocupamos un cargo de más amplia responsabilidad— de reconocer, garantizar y reconstruir concretamente la dignidad tantas veces olvidada o ignorada de hermanos nuestros, para que puedan sentirse los principales protagonistas del destino de su nación».



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