28/11/2022 Comienza el Adviento, un tiempo de preparación para recibir y acoger la presencia de Dios hecho hombre en medio de nosotros

 

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 28 NOVIEMBRE 2022
Comienza el Adviento, un tiempo de preparación para recibir y acoger la presencia de Dios hecho hombre en medio de nosotros

Primera lectura Is 4, 2-6
En aquel tiempo el renuevo de Yahvé será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel. Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes, cuando el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación. Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel, y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.
Se anuncia no sólo el establecimiento del reino de Cristo en la época de los apóstoles, sino su crecimiento al reunir en la Iglesia a los judíos dispersos. —Cristo es llamado Renuevo de Yahvé, plantado por su poder y florecido para su alabanza. El evangelio es el fruto del renuevo de Yahvé; todas las gracias y consolación del evangelio brotan de Cristo. Es llamado fruto de la tierra porque surge en este mundo y es adecuado para el estado presente.
Será buena prueba de que somos diferentes de los simplemente llamados Israel, si somos llevados a ver toda la belleza en Cristo, y en la santidad. Como tipo de ese bendito día, Jerusalén debe florecer de nuevo como el renuevo y será bendecida con el fruto de la tierra. —Dios guardará para sí una simiente santa. Cuando la mayoría de quienes tienen lugar y nombre en Sion, y en Jerusalén, sea cortada por su incredulidad, algunos serán reservados. Sólo los santos serán reservados cuando el Hijo del hombre saque de su reino toda cosa ofensiva. —Por el juicio de la providencia de Dios, los pecadores son destruidos y consumidos; pero por el Espíritu de gracia son reformados y convertidos.

Salmo 122, 1-2. 4-5. 6-7. 8-9
La acogida del Señor siempre es alegre
Vamos alegres a la casa del Señor.
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios».
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
La alegría domina este salmo; también la admiración del nómada, del que llega por primera vez a Jerusalén y se regocija de su belleza
Es la alegría y la admiración que encontramos en la conversión, en la experiencia de fe que cambia totalmente nuestra vida.
Es nuestra incorporación al Cuerpo de Cristo expresada por Pablo en la lectura anterior. Un Cuerpo sólido, acogedor, tierno y compasivo, lleno de justicia que lleva la paz en sí mismo.
Esa paz que en hebreo se dice “shalom” con consonantes que forman parte del nombre de a ciudad amada por los israelitas “Ieruschalaim”
En esta "ciudad", única en el mundo, Jesucristo murió y resucitó! En esta ciudad se celebró la primera Eucaristía, misterio de "agrupación" fraternal de todos los hombres, alrededor del Cuerpo de Cristo, nuevo ¡Templo de Dios!.
En esta ciudad, el Espíritu de Jesús fundó, un día de Pentecostés, una comunidad de hombres de todas las razas y de todas las lenguas, la Iglesia, en que la humanidad tan diversa encuentra un lugar para "formar una unidad en la paz".
La paz, Señor, te pedimos, para este mundo tan brutalmente enredado en guerras e injusticias, cuya ambición parece no tener límites, cuya ansia de poder y dinero no tiene fin.
Llévanos, Señor, a todos a los cerros de tu ciudad santa para aprender el camino de la justicia que lleva a la paz, de forma que el deseo de bien a todos sea una realidad amparada por la solidaridad y el compartir.
Te damos gracias, Señor, por la oportunidad de reunirnos en asamblea en tu casa, en el lugar en que física y espiritualmente compartimos nuestras alegrías y nuestras tristezas, nuestras experiencias de vida, y, al mismo tiempo, celebramos el estar bajo tu nombre, es decir, acogidos por tu misericordia y fidelidad.
La “morriña” gallega hace que el regreso a la tierra sea una aspiración constante del gallego. Regresa a su casa, pero no es sólo una casa de piedra, sino que es una comunidad, una presencia del espíritu del pueblo, se encuentra con hermanos y compañeros...
Esa es nuestra Jerusalén, con el Espíritu de Dios presente en ella, con los hermanos de la comunidad alegrándose de nuestro regreso.
Representa también una conversión, un volver a tener al Señor en nuestra vida, un volver a seguirle con fidelidad. ¡Gracias, Señor!, gracias por este regreso que es la salvación, alabarte junto con mis hermanos, saberme perdonado de mis faltas

Evangelio Mt 8,5-11
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa
Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho." Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quien para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace." Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos."
En medio de una geografía netamente judía, surge la figura de un pagano, representante militar del imperio romano.
Una lectura somera diría que la fuerza del relato está en el milagro, sin embargo, una lectura profunda evidencia que la clave está en el diálogo directo y fraterno entre Jesús y el Centurión. Jesús escucha y se dispone a actuar de inmediato.
Quiere sanar al muchacho. Sin embargo, el centurión sabe que la entrada de Jesús en casa de un pagano lo pone en problemas frente a los suyos.
El pagano, a diferencia de los fundamentalistas judíos, pone toda su confianza en la Palabra del Señor; sabe que una palabra suya bastará para sanar las enfermedades del cuerpo humano y social de la humanidad.
Si la Palabra de Dios no cambia nuestra vida y la vida de nuestras familias y de nuestro pueblo, tendremos que volver a la fe del Centurión para que la Palabra nos convierta, nos sane y nos comprometa a vivir como verdaderos hijos de Dios. ¿Cómo es mi fe?

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE?: La primera semana de Adviento nos ofrece unas lecturas de Isaías, profeta de la esperanza en medio de una historia atormentada del pueblo de Israel, ocho siglos antes de Cristo, con la amenaza asiria. Sus pasajes serán anuncios de esperanza, de salvación, de futuro más optimista para el resto de Israel, para los demás pueblos, e incluso para todo el cosmos. En los evangelios correspondientes se subrayará cada día que Jesús de Nazaret es el que lleva a cumplimiento esta espera, purificándola, además, y madurándola hasta los niveles más profundos de la salvación total.

¿QUÉ NOS DICE?: ¿Sucederá también este año que esas personas tal vez respondan mejor a la salvación de Jesús que nosotros? ¿Estarán más dispuestas a pedirle la salvación, porque sienten su necesidad, mientras que nosotros no la sentimos con la misma urgencia? ¿Tendrá que decir otra vez Jesús que ha encontrado más fe en esas personas de peor fama pero mejores sentimientos que entre los cristianos «buenos»? ¿Vendrán de Oriente y Occidente -o sea, de ámbitos que nosotros no esperaríamos, porque estamos un poco encerrados en nuestros círculos oficialmente buenos- personas que celebrarán mejor la Navidad que nosotros? ¿O nos creemos ya santos, merecedores de los dones de Dios?

LA ORACIÓN : Te damos gracias, Jesús, por tu entrega total y generosa que debe de enseñarnos el camino hacia el Padre, camino de alegría, camino de justicia que genera la paz tan necesaria para tu pueblo, camino de verdad en la humildad de una vida dedicada a nuestro prójimo más necesitado. Te lo pedimos, Señor

ENCÍCLICA REDEMPTORIS MISSIO DEL PAPA SAN JUAN PABLO II
Fidelidad a Cristo y promoción de la libertad del hombre
39. Todas las formas de la actividad misionera están marcadas por la conciencia de promover la libertad del hombre, anunciándole a Jesucristo. La Iglesia debe ser fiel a Cristo, del cual es el Cuerpo y continuadora de su misión. Es necesario que ella camine « por el mismo sendero que Cristo; es decir, por el sendero de la pobreza, la obediencia, el servicio y la inmolación propia hasta la muerte, de la que surgió victorioso por su resurrección ».63 La Iglesia, pues, tiene el deber de hacer todo lo posible para desarrollar su misión en el mundo y llegar a todos los pueblos; tiene también el derecho que le ha dado Dios para realizar su plan. La libertad religiosa, a veces todavía limitada o coartada, es la premisa y la garantía de todas las libertades que aseguran el bien común de las personas y de los pueblos. Es de desear que la auténtica libertad religiosa sea concedida a todos en todo lugar; ya con este fin la Iglesia despliega su labor en los diferentes países, especialmente en los de mayoría católica, donde tiene un mayor peso. No se trata de un problema de religión de mayoría o de minoría, sino más bien de un derecho inalienable de toda persona humana.



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