01/12/2022 El mensaje de hoy es muy claro, priman las obras sobre las palabras

 

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 01 DICIEMBRE 2022
El mensaje de hoy es muy claro, priman las obras sobre las palabras

Con los pasos de los pobres. Isaías nos presenta un cántico de acción de gracias. En él se habla de una ciudad fuerte, la de un pueblo justo que mantiene firme el ánimo y la paz. Y todo, por una razón: porque confía en Dios.
Esa confianza en Dios, nos dará fuerzas para comprender cuando en nuestra pobreza hemos pisoteado, con los pies de los oprimidos, con los pasos de los pobres, todo cuanto derrumba la dignidad humana: la pobreza, las injusticias, la soledad, el hambre, la desnudez, cualquier peligro, la guerra.
Por todo ello, hemos de dar gracias a Dios porque nos mantiene en la paz. El encuentro de quien espera la alegría produce la paz. Esa paz tan necesaria y tan frágil. Cualquier acontecimiento la hace tambalear en nuestros días, y se tardan años para lograr un ámbito para la paz.
La paz de los pueblos pasa por pisotear, con los pies del oprimido, todo cuanto la hace perder: las discordias, el egoísmo, el desencuentro, el individualismo, la desidia, las políticas injustas, la soberbia; todo será humillado.
Son ellos, los empobrecidos de la tierra los que tienen la misión de abajar los empoderamientos superfluos de las injusticias. Tan profundo como es su drama en esta vida, así será de profundo el abajamiento. Dice el cántico: “hasta el suelo, hasta tocar el polvo”, es decir, hasta hacerlos nada, hasta hacer desaparecer toda injusticia.
El encuentro con el que viene, con el que se espera, con el Mesías será un encuentro firme, con murallas y baluartes para defenderlo. Es un encuentro para la alegría, por lo que va a nacer. Es un encuentro que merece la pena contemplar en paz. La esperanza se ha de vivir en paz, su ausencia es señal de que hemos abandonado todo tipo de esperanza. ¿Cómo construirla?
Primera lectura Is 26,1-6
Dios es la roca verdadera. Imagen de la solidez de la piedra que Jesús repetirá en el evangelio.
Que entre el pueblo justo, el que es fiel.
Aquel día, se cantará este canto en el país de Judá: «Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua: doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada; la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó al polvo, y la pisan los pies, los pies del humilde, las pisadas de los pobres.»
1 Vemos pasar por la Historia las diferentes civilizaciones que suben y bajan, se yerguen orgullosas y descarrilan, ambicionan más, crean guerras y sufrimiento y, al final, desaparecen.
2 Tienen los pies de barro como bien describe Daniel en su Libro (Dn 2, 36 – 45), que también dice: “el Dios del cielo suscitará un Reino que nunca será destruido”. La Jerusalén amurallada también fue arrasada.
3 Tenemos que entrar en esa ciudad en la que los pobres gozan de consideración, los humildes rebosan alegría y el amor es la moneda de uso legal.
4 Es más, tenemos que ayudar a instaurar esa ciudad en nuestra comunidad, en nuestra parroquia, en cuyo templo tenemos que ver entrar y disfrutar a los más humildes. Comunidad viva, parroquia acogedora.
5 Miremos a nuestro alrededor en cualquier celebración parroquial; ¿vemos a los más humildes de nuestra parroquia celebrando con nosotros?. Pues apliquémonos a ello, exhibamos compasión, acerquémonos a los que están sufriendo, ¡que también son parroquianos!

Este salmo se cantaba al entrar las procesiones en el templo de Jerusalén. ¿Qué canta Israel? Su acción de gracias a Dios que lo ha salvado de la muerte y lo resucita
Sal 118,1.8-9.19-21.25-27a
La puerta está abierta a todos los pueblos, a todos los hombres justos y fieles.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.
Así es, Señor, te damos gracias por la experiencia de tu bondad y tu eterna misericordia.
¿Dónde iba a encontrar mejor refugio que en el Señor? En Él está la verdadera ciudad indestructible, creada en el amor y la misericordia, la salvación de la humanidad.
Vayamos proclamando su Reino, andemos los caminos de la vida en el nombre del Señor, que Él nos iluminará y nos indicará con amor el mejor camino.

Una casa sobre roca. Toda relación que se preste sana, ha de empezar a construirse sobre cimientos sólidos. Aquellas que emprendemos con nosotros mismos, con Dios y con los demás necesita de una casa construida sobre la solidez de buenos cimientos.
Nada puede mediar de interés egoísta cuando emprendemos un camino de relación. Nuestra relación con Dios no está al albor de cuanto nos concede sino del tiempo que dedicamos a la oración. Lo que conceda o no está en la libertad de Dios. La relación con uno mismo está al servicio del crecimiento personal. Se necesita escuchar todo cuanto nos sucede, lo que necesitamos y hacer una apuesta por el coraje de vivir. La relación con los demás necesita de una mirada sólida para identificar en mi camino de encuentro a quién tengo delante, cuáles son sus necesidades, con qué se identifica, cuál es su amor y su razón de vivir, y cuál es la esperanza a la que se siente llamado.
Construir sobre roca, como dice Jesús en el Evangelio identifica a la persona prudente. Y la prudencia se basa en la escucha, por un lado, y en la obediencia por otro. La obediencia debida a Dios para cumplir su voluntad, la obediencia debida a los hermanos para comprender sus necesidades, y la obediencia debida a nosotros mismos para comprender qué es lo que nos sucede.
Pidamos a Dios que en este tiempo de espera estemos atentos a las necesidades de los demás, sepamos mirar e identificar lo que oprime a mis hermanos, y emprender un camino juntos hacia la liberación que Dios nos propone en su hijo Jesucristo, el esperado por los pueblos.
Evangelio Mt 7,21.24-27
Cristo tiene que estar en la vida personal de su mensajero
El que hace la voluntad del Padre entrará en el Reino de los cielos.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»
1 La casa, la ciudad, la civilización que no está fundada en el Señor, se hundirá.
2 Nuestra vida basada en la Roca de salvación siempre encontrará el adecuado apoyo, la alegría y el consuelo de saber que el amor de nuestro Dios está con nosotros.
3 No podemos conformarnos con los ritos más o menos espectaculares, pero ajenos a la vida real, ajenos al dolor de nuestro prójimo; la Palabra del Señor debe de ser escuchada y puesta en práctica; esa será nuestra verdadera alegría... y nuestra salvación.
4 Seamos personas prudentes, como Jesús nos indica.

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE? : Poder y dinero son factores fugaces de felicidad que, al final, dejan poso amargo en el corazón. La escucha y meditación de la Palabra del Señor y la oración a la que siempre nos lleva, guiará nuestras acciones por este mundo, en el que tanta gente necesitada tenemos muchas veces a nuestro alrededor, físicamente cercana, pero lejos en el corazón. Fiemos nuestra vida en el Señor, en su eterna misericordia, y los frutos del Espíritu bordarán nuestra vida.

¿QUÉ NOS DICE? : ¿Vemos que en la iglesia de nuestra Parroquia entran los más humildes que a ella pertenecen? ¿Alabamos y bendecimos al Señor alguna vez, o ejercemos siempre de “pedigüeños”? ¿Escuchamos la Palabra del Señor y nos damos cuenta de donde está nuestra Roca de apoyo?

LA ORACIÓN: Te bendigo Señor, por tu bondad y tu misericordia, y te doy gracias por tu continuo amparo; te ruego que sepa llevar la compasión que tu inspiras a todos los que me rodean, especialmente aquellos que más necesitan notar tu presencia en su corazón. Te lo pedimos, Señor

ENCÍCLICA REDEMPTORIS MISSIO DEL PAPA SAN JUAN PABLO II
Dirigir la atención hacia el Sur y hacia el Oriente
40. La actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia. Mientras se aproxima el final del segundo milenio de la Redención, es cada vez más evidente que las gentes que todavía no han recibido el primer anuncio de Cristo son la mayoría de la humanidad. EL balance de la actividad misionera en los tiempos modernos es ciertamente positivo: la Iglesia ha sido fundada en todos los Continentes; es más, hoy la mayoría de los fieles y de las Iglesias particulares ya no están en la vieja Europa sino en los Continentes que los misioneros han abierto a la fe.



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