03/07/2022 Dominical La misericordia de Dios es mejor que la vida

 

Dominical: El punto de vista de un laico
Escuchar LA PALABRA; meditar LA PALABRA; actuar según LA PALABRA
V e r ; j u z g a r ; a c t u a r

DOMINGO DÉCIMO CUARTO DEL TIEMPO ORDINARIO (03 de Julio 2022)

La misericordia de Dios es mejor que la vida

Género literario de profecía, en el que el profeta habla como mensajero y se dirige a sus destinatarios como portavoz de Dios.
La lectura pertenece a la tercera parte del Libro de Isaías; los judíos han vuelto a su país, y componen una comunidad pobre que trata de organizarse y solucionar los problemas de toda clase, ya que durante los setenta años de destierro otros han ocupado el lugar.
Primera lectura Is 66, 10 – 14 c
La nueva Jerusalén que anuncia el profeta es una ciudad que respira paz y prosperidad
Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz
Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto. Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes. Porque así dice el Señor: "Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo, y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo, se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como un prado; la mano del Señor se manifestará a sus siervos."
En la liturgia de este domingo empieza el tercer Isaías presentándonos la figura de Dios Madre que alumbra y alimenta a todos los hijos de Sion.
En su labor de recuperación los judíos se sienten amparados por una amorosa Madre que les anuncia, el consuelo, la paz y la gloria: “Yo, dice Yahvé, haré correr hacia ella como un río, la paz, y como un torrente la gloria de las naciones.... Como un hijo a quien consuela su madre, así yo os consolaré a vosotros”.
Desde esta Palabra podríamos pedir por la Comunidad, que siempre sienta esa alegría y esa protección del Señor, y sepa ser siempre nueva, sentirse renovada y capaz de transmitir el Evangelio.
La palabra del profeta es directa. Si la escuchamos sentiremos la ayuda del Señor en nuestra vida, esa ayuda maternal, tierna, a la que alude.
¿Cómo podríamos mejorar la vida de los más necesitados que viven tan cerca e nosotros? ¿Estamos en el destierro? ¿Seremos capaces de volver?

La primera parte de este Salmo consta de un himno coral (vs. 1-7) y de un canto comunitario de acción de gracias (vs. 8-12), cuyo tema central son las maravillas que realizó el Señor en el Mar Rojo y en el río Jordán (v. 6). La segunda parte (vs. 13-20) difiere sensiblemente de la anterior: ya no habla la comunidad, sino un individuo, que se presenta delante del Señor en el Templo, para ofrecer un sacrificio de acción de gracias y dar testimonio de los favores recibidos.
Salmo 66, 1 – 7. 16. 20
El Señor siempre facilita nuestro andar por este mundo. Confiemos en Él
Aclamad al Señor, tierra entera.
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre;
cantad himnos a su gloria;
decid a Dios: "¡Qué temibles son tus obras!"
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres.
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios,
que no rechazó mi suplica,
ni me retiró su misericordia.
El Salmo rompe en alabanzas al Señor, como si, ese regreso a Jerusalén, de un principio del Éxodo o de la entrada en la Tierra Prometida se tratara.
Es toda una lección de la conciencia que debemos de tener de que Dios nos ama y nos cuida.
¿Qué contaremos de nuestra vida?
Nuestras experiencias de fe que, no cabe duda, proceden de la Palabra; de la Palabra que debemos procurar que llegue a todos.
Seguimos en la línea de la primera lectura
Acudamos al Señor y dejemos que su salvación se haga realidad en nosotros, pues Él nos ama sin medida y sin distinción de personas. Entonces, no sólo nuestras palabras, sino nuestra vida misma, se convertirá en un anuncio eficaz de la Buena Nueva de salvación que Dios quiere que llegue a todos y hasta el último rincón de la tierra.
Es este un salmo de acción de gracias colectiva, que nos debe de impulsar a agradecer al Señor todo lo que ha hecho y hace por nosotros. Sepamos ser agradecidos y demos gracias al Señor todos los días de nuestra vida
¿Dedicamos atención a las obras del Señor? ¿Proclamamos la grandeza del Señor? ¿Escuchamos su Palabra? ¿Somos conscientes de su misericordia, o estamos quejándonos continuamente de nuestras angustias?

Podemos darnos cuenta de que Pablo nunca hubiera tenido tantas dificultades con el legalismo de su época, si él hubiera presentado el evangelio como sólo un competidor en el campo religioso. Pero observemos que el apóstol Pablo no estaba proclamando que su mensaje era sólo un poco mejor que el judaísmo.
Estaba afirmando que el judaísmo equivalía a nada, que era ineficaz para vivir la vida cristiana y que el rito de la circuncisión no tenía ningún valor. Que no tenía ninguna importancia si uno se circuncidaba o no.
El apóstol Pablo estaba afirmando que la letra, la escritura del Espíritu Santo en la vida de una persona, dándole una nueva naturaleza, ero lo esencial, lo que realmente tenía valor.
Segunda lectura Ga 6, 14 - 18
La cruz de Cristo y su resurrección son la vía y señal de la paz y la misericordia del Padre
Yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús
Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Pues lo que cuenta no es circuncisión o incircuncisión, sino una criatura nueva. La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios. En adelante, que nadie me venga con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
La nueva alianza que Jesús nos trajo no lleva la señal de la circuncisión, sino las señales de la justicia y la paz. Somos, como dice Pablo, “criatura nueva”, marcada por la experiencia de fe, que encuentra a su Señor en todos los acontecimientos de su vida, y que es capaz de comunicarlo a los que le rodean, con esa libertad que Pablo indicaba en toda esta carta a los Gálatas, la llamada “carta de la libertad”.
Pablo se precia de las marcas de Jesús, y es que a veces la incomprensión, incluso los apoyándose en el Dios Padre encuentra adecuado consuelo y fuerza.
Podemos darle gracias al Señor por esa cruz que guía nuestra vida, y pedirle las fuerzas y la constancia necesarias para seguirle y proclamar su misericordia y fidelidad.
¿Somos humildes? ¿Buscamos en el Señor nuestra felicidad? ¿Referimos nuestra paz a su misericordia? ¿Estamos en el rito o seguimos a Jesús, el Cristo? ¿Llevamos a los que nos rodean la gracia que encontramos en Jesús?

Los mensajeros, a los que Lucas no denomina discípulos, van por parejas. Tal vez haya que explicar esta circunstancia por la noción de testimonio. Según el derecho judío, en efecto, para la validez de un testimonio se requería la declaración de al menos dos testigos. La embajada de Jesús la forman, pues, treinta y seis parejas. Dada, sin embargo, la multiplicidad de lugares por visitar, el número resulta insuficiente: la mies es abundante, los obreros pocos.
La embajada no será fácil (os mando como corderos en medio de lobos) y deberá ser llevada a cabo con prontitud, sin detenimientos superfluos o innecesarios (no llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino)
El texto está escrito con una situación de lugar y cultura muy concreta. Pero detrás de ellas se esconde un arquetipo, un modelo válido para cualquier época. Este modelo es el de cristiano-precursor. La tarea del cristiano es proclamar que Jesús ha llegado o, lo que es lo mismo, que el reino de Dios ha llegado. Una tarea urgente y necesaria para que nuestro mundo sea diferente de lo que es.
Evangelio Lc 10, 1 -12. 17 – 20
Expresión de la universalidad del mensaje y de la universalidad de la vocación y urgencia del anuncio
Descansará sobre ellos vuestra paz
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo." Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre." Él les contestó: "Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo."
En el Evangelio, Jesús nos pone manos a la obra y envía a “... otros setenta y dos discípulos, y los envió de dos en dos, delante de él a todas las ciudades a donde debía de ir”.
Al mismo tiempo, pide obreros para recoger la cosecha. ¿Estamos dispuestos? ¿estamos en ello? ¿o nos distraemos con los “conocidos”?.
También nos da la “receta” para evitar el desaliento “Alegraos no porque los espíritus se os someten, sino más bien porque vuestros nombres están escritos en el cielo”.
El Señor da por sentado nuestra voluntad de evangelizar, nos da “la autoridad y el poder” para superar las dificultades, pero ya sabemos que a veces flaqueamos.
Seamos pues diligentes en proclamar que “el Reino de Dios ha venido” y pidamos al Espíritu ser convincentes en nuestra palabra... y en nuestro testimonio.
Te damos gracias, señor, por habernos enviado a tu Hijo a anunciarnos tu Reino en el que encontramos paz y felicidad. Te rogamos que nos impulses a proclamarlo entre todos
¿Cómo anda nuestra labor de evangelización? ¿Encontramos paz y alegría en esa misión? ¿Recurrimos a la oración para alejar esas fuerzas del mal que nunca andan lejos?

LA ORACIÓN: Señor Jesús, Sol que nace de lo alto y primicia de la resurrección futura,
haz que, siguiéndote a ti, no vivamos nunca en sombra de muerte, sino que tengamos siempre la luz de la vida. Te lo pedimos, Señor

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TE HICE A TI (Anthony de Mello)

Era un día lluvioso y gris. El mundo pasaba a mi alrededor a gran velocidad. Cuando de pronto, todo se detuvo. Allí estaba, frente a mí: una niña apenas cubierta con un vestidito todo rotoso que era más agujeros que tela. Allí estaba, con sus cabellitos mojados, y el agua chorreándole por la cara. Allí estaba, tiritando de frío y de hambre. Allí estaba, en medio de un mundo gris y frío, sola y hambrienta.
Me encolericé y le reclamé a Dios. "¿Cómo es posible Señor, que habiendo tanta gente que vive en la opulencia, permitas que esta niña sufra hambre y frío? ¿Cómo es posible que te quedes ahí tan tranquilo, impávido ante tanta injusticia, sin hacer nada?"
Luego de un silencio que me pareció interminable, sentí la voz de Dios que me contestaba: "¡Claro que he hecho algo! ¡Te hice a ti!"



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