Salmo 064

 Salmo 064
Introducción. - Esta súplica se caracteriza por las expresivas imágenes con que el salmista describe las insidias de sus adversarios (vs. 2-7), y la intervención victoriosa del Señor en defensa de la justicia (vs. 8-9). En la parte final del Salmo, se presenta el castigo de los malvados como un saludable llamado a la reflexión (v. 10), y como un motivo de alegría y seguridad para los que viven rectamente (v. 11).

1 Del maestro de coro. Salmo de David.
2 Dios mío, escucha la voz de mi lamento,
protégeme del enemigo temible.
3 Apártame de la conjuración de los malvados,
de la agitación de los que hacen el mal.
4 Ellos afilan su lengua como una espada
y apuntan como flechas sus palabras venenosas,
5 para disparar a escondidas contra el inocente,
tirando de sorpresa y sin ningún temor.
El salmista ruega ardientemente a Dios que lo proteja del temor inquietante. La lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. El hombre de bien es la marca en la que el objetivo perverso, no pueden hablarle pacíficamente ya sea de él o para él. No hay guardia contra una falsa lengua. Es malo para hacer el mal, pero peor para alentar a nosotros mismos y unos a otros en el mismo. Es una señal de que el corazón se endurece en la mayor medida, cuando es así plenamente ajustado a hacer el mal. Una incredulidad práctica del conocimiento de todas las cosas de Dios, se encuentra en la parte inferior de cada maldad. El beneficio de una buena causa y una buena conciencia, parece más que nada se puede ayudar a un hombre en contra de sus enemigos, sino el solo Dios, que es siempre un pronto auxilio.
El mal puede llegar en forma de conspiración secreta o de emboscada debido a que Satanás quiere sorprendernos desapercibidos. Nos tienta en nuestros puntos más débiles cuando menos lo esperamos. Pero Dios mismo derribará a nuestros enemigos, sean físicos o espirituales. La maldad está muy extendida y nos afecta en muchas formas, pero la victoria final ya pertenece a Dios y a quienes confían y creen en El.
Quizás creamos que Dios quiere escuchar solo algunas de nuestras peticiones. Si bien es cierto que debemos alabarlo, confesarnos y hacer peticiones respetuosas, también es cierto que Dios está dispuesto a escuchar cualquier cosa que deseemos contarle.
Las palabras que se hablan en nuestra contra están entre los ataques más dolorosos que quizás nos toque enfrentar. Si confiamos en Dios, dichos ataques no nos herirán. Alabanza, shabach: Reconocer, alabar; adorar; gloriarse en algo; aquietar a alguien. Shabach tiene un doble significado: «alabar» y «calmar». El verbo aparece 11 veces en el Antiguo Testamento; en ocho de estas ocasiones se refiere a pronunciar palabras de alabanza. Las restantes tres hablan, ya sea de calmar el tumultuoso mar o de acallar la ira de nuestro corazón.

6 Se obstinan en sus malos propósitos
y esconden sus trampas con astucia,
pensando: “¿Quién podrá verlo?”.
7 Proyectan maldades y disimulan sus proyectos:
su interior es un abismo impenetrable.
8 Pero Dios los acribilla a flechazos
y quedan heridos de improviso;
9 su misma lengua los lleva a la ruina,
y aquellos que los ven mueven la cabeza.
Obstinados: “Los hombres buenos frecuentemente se desaniman, y de manera poco frecuente se desaniman el uno al otro, pero los hijos de oscuridad son sabios en su generación, y mantienen animados su espíritu, y cada uno tiene una palabra de ánimo para decir a su compañero inicuo.”
Hacen una investigación exacta: Ellos estaban orgullosos sobre su consejo inicuo. Se jactaban en sus pecados, mostrando la negra profundidad de su pensamiento y su corazón.

10 Por eso, todos los hombres sentirán temor:
proclamarán esta obra de Dios
y reconocerán lo que él hizo.
11 El justo se alegrará en el Señor
y encontrará un refugio en él;
y se gloriarán todos los rectos de corazón.
Acostumbramos pensar en el juicio de Dios en términos negativos, pero en Apocalipsis es motivo de gran gozo para los creyentes porque señala una nueva etapa en el reino de Dios. Asimismo, Is 26, 9 dice: “Porque cuando tus juicios se manifiestan en la tierra, los habitantes del mundo aprenden justicia.”
Los versículos 10 y 11 señalan una serie de beneficios que derivan del juicio de Dios sobre los malignos: los hombres temerán, enseña a otros, ayuda entender a Dios, trae alegría al justo, aumenta su fe y los rectos de corazón alaban a Dios. La oración del versículo 2 está contestada; el salmista está liberado del miedo por su fe; está seguro de la victoria en Dios