04/10/2022 La oración y la acción son inseparables

 

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 04 OCTUBRE 2022
La oración y la acción son inseparables

De fanático perseguidor a creyente evangelizador
Pablo evangelizó Galacia, un pueblo heleno y tras su enfermedad, continuó su misión en Corintio. Mientras, habían llegado a Galacia un grupo de judíos que intentaban convencer a los gálatas sobre la necesidad de someterse a la circuncisión, y por consiguiente, someterse a la ley mosaica. Pablo entiende estos intentos como un falseamiento de la verdad del Evangelio y escribe por ellos a sus cristianos una carta para contrarrestar las presiones judaizantes.
Pablo quiere dar un origen divino al Evangelio que predica. Y narra su conversión. Cómo antes era un judío fanático perseguidor de la Iglesia de Dios, y aventajaba en el judaísmo a muchos de su edad y de su raza. Pero, el Señor lo escogió por su gracia, se dignó revelarle a su Hijo para que lo anunciara entre los gentiles.
Podemos preguntarnos si es posible un cambio de vida tal, que el encuentro con la gracia de Dios sea capaz de transformar la vida de un hombre, de un fanático perseguidor a un celoso predicador del Evangelio.
Hemos de entender el fanatismo como un apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas. Hay que acentuar aquí el término desmedida: «que es desproporcionado, sin término, falto de medida».
El encuentro de Pablo con Jesucristo Resucitado, hace posible que Pablo, recupere su centro, encuentre su medida, para anunciar el Evangelio. Se convierte en un predicador audaz, sincero, dialogante. Y amó tanto a la Iglesia, que la extendió a numerosos pueblos, por eso, fue considerado como el predicador de los paganos.
El testimonio de su vida, sirve para poner de ejemplo que es posible pasar de fanático perseguidor a creyente comprometido con el Evangelio.
En el fondo el fanatismo es una inseguridad revestida de certezas, quien defiende de manera desmedida ideas religiosas o políticas, no está seguro de lo que cree. No tiene un encuentro espiritual consigo mismo y con Dios. Le falta profundidad en sus planteamientos, los cuales no han calado en él. Su estructura de pensamiento le lleva a la literalidad de las palabras, creyendo que todo el mundo es igual y tiene que actuar igual, haciendo de su pensamiento una uniformidad. Sin respetar la libertad y la diferencia que el ser humano mantiene en tensión en relación con los demás.
El cristiano debe liberarse de las actitudes fanáticas para hacer comprensible la Palabra de Dios. No hay nada más perjudicial para el Evangelio que las actitudes fanáticas. La palabra y el diálogo, y el arte de atraer, que no de persuadir, son las herramientas para que nuestra fe se haga extensible con nuestra predicación y desde nuestras profundas convicciones, las cuales compartimos, y nunca imponemos.
Primera lectura Ga 1,13-24
Conversión personal y vocación misionera son inseparables
Reveló a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles.
Hermanos: Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando Aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó a su gracia, se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los Apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro Apóstol vi solamente a Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo. Fui después a Siria y a Cilicia. Las iglesias cristianas de Judea no me conocían personalmente; sólo habían oído decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa mía.
1 Pablo insiste sobre todo en dos puntos: ha recibido su evangelio directamente de Dios (v.11-16), no ha tenido necesidad de ponerse en contacto con los Doce para que le den información doctrinal.
2 A fin de que aparezca mejor que todo lo debe a la intervención directa de Dios, San Pablo hace una breve historia de su vida anterior a la gran revelación de Damasco, haciendo notar cómo se distinguía entre todos sus compatriotas por su furor persecutorio contra los cristianos
3 Lo que San Pablo trataría de hacer notar es que Dios le manifestó a Jesucristo en visión interior, inmediata y penetrante, a fin de que luego él lo diese a conocer a los gentiles: era una exigencia de su nueva condición de "apóstol," testigo de Jesús y de su obra, del mismo rango que los Doce.
4 Pablo pone de manifiesto ante los Gálatas su experiencia de fe, su experiencia de la presencia de Cristo en su vida de una forma definitiva.
5 Al mismo tiempo, pone de manifiesto con toda claridad la contradicción entre el judaísmo y el evangelio que él anuncia ahora, convencido de que el amor (como nos dice en muchas ocasiones) supera a la Ley.
6 Santiago parece ser el primo de Jesús, y estaba al frente de la iglesia de Jerusalén como se puede ver en el Libro de los Hechos (He 12, 17). Se siente obligado a contar todo esto para dar veracidad y claridad a sus enseñanzas, haciendo constar el respaldo de la Iglesia de Jerusalén, y, sobre todo, la elección por el Padre para desarrollar la misión.
7 Una misión de la que somos herederos, una evangelización que los cristianos debemos de testimoniar y proclamar

El lugar ideal para rezar este salmo, en cierto sentido, no sería la capilla, porque allí la presencia divina es sacramental, está localizada; ni tampoco, exactamente, un entorno natural, deslumbrante de hermosura, porque las criaturas podrían desviar la atención, sino una habitación donde nada nos pueda distraer.
Para penetrar en el núcleo del salmo y rezarlo con fruto es conveniente empezar por tranquilizarse, sosegar los nervios, descargar las tensiones, abstraerse de clamores exteriores e interiores, soltar recuerdos y preocupaciones; y así, ir alcanzando un silencio interior, de tal manera que el contemplador perciba que no hay nada fuera de sí, y no hay nada dentro de sí. Y que lo único que queda es una presencia de sí mismo a sí mismo, esto es, una atención purificada por el silencio.
Este es el momento de abrirse al mundo de la fe, a la presencia viva y concreta del Señor, y es en este momento cuando el texto del salmo 138 puede ser un apoyo precioso para entrar en una oración de contemplación.
Salmo 139,1-3.13-14ab.14c-15
El Señor siempre en nuestra vida
Guíame, Señor, por el camino eterno.
Señor, tú me sondeas y me conoces:
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno,
porque son admirables tus obras.
Te doy gracias porque me has escogido portentosamente.
Conocías hasta el fondo de mi alma,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando
y entretejiendo en lo profundo de la tierra.
¡Qué tranquilidad, Señor, sabiendo que Tú estás en nuestra vida, en nuestro recorrido por este mundo!
Te rogamos que implantes en el corazón de las gentes la convicción de que el ser humano está elegido por Ti desde que “se va formando, entretejiendo en lo profundo de la tierra”.
Que nos sepamos elegidos por Ti, Señor, y obremos en consecuencia, llevando siempre con nosotros la justicia y la paz.

¿Servicio o Contemplación?
Lucas nos narra la actitud de Marta y María ante el encuentro con Jesús. Marta entiende que la presencia de Jesucristo le impulsa al servicio a los demás, y María entiende que su actitud ante la presencia del Señor ha de ser la de la escucha de sus palabras, buscar el alimento que perdura. Ambas actitudes son comprometidas ante la presencia del Señor.
Pero, Jesús valora más la actitud de María, la que escucha, frente a la actitud de servicio, que puede conducirnos al stress o al activismo. Un servicio que no se alimenta de la Palabra de Dios, que contempla, es puro activismo. Por eso, Jesús reprende a Marta.
Pero, la contemplación, la sola escucha nos puede dejar aislados y atolondrados. Es necesaria una dosis de compromiso real con los demás con una cierta calidad de actitud de servicio. No es excluyente el servicio y la contemplación. Son ambas necesarias. La contemplación implica la escucha de Dios, y el compromiso al servicio la consecuencia de esa contemplación. El servicio es la actitud consecuente de una contemplación serena. Se alimentan mutuamente.
Evangelio Lc 10,38-42
La oración es precursora de la acción; y la acción nos lleva a ayudar al necesitado
Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor.
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.» Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»
1 La contraposición entre la actitud de las dos hermanas es aparentemente clara: la una trabaja y la otra sólo escucha.
2 Nuestro sentimiento humano nos lleva a considerar injusta esta situación. ¿Porqué María no ayuda a su hermana? Ya tendrán tiempo de escuchar ambas a Jesús más tarde durante la comida.
3 Pero el Evangelio quiere resaltar el gran valor de la Palabra: el trabajo es necesario, evidentemente, pero puede llegar un momento (y de hecho se produce), en el que el quehacer nos absorba de tal forma que no tengamos tiempo, o mentalmente la preocupación por el trabajo nos impida, escuchar la Palabra del Señor, Palabra que es el alimento imprescindible de todo cristiano y sin cuya meditación será poco posible que nuestra labor se oriente de forma adecuada.
4 Marta, al no haber relacionado la actitud espiritual del servicio con la de la escucha, se siente abandonada por su hermana. Jesús no la reprocha ni la crítica, pero busca ayudar a Marta a recuperar lo que es esencial en aquel momento: escuchar al maestro. La invita a escoger la parte única y prioritaria que María ha escogido espontáneamente
5 El episodio nos alerta sobre un peligro siempre frecuente en la vida del cristiano: los afanes, el ansia y el activismo pueden apartar de la comunión con Cristo y con la comunidad.
6 El peligro aparece de manera muy sutil, porque con frecuencia las preocupaciones materiales que se realizan con ansia las consideramos una forma de servicio.
7 Lo que preocupa a Lucas es que en nuestras comunidades no se descuide la prioridad que hay que dar a la Palabra de Dios y a su escucha. Es necesario que, antes de servir a los otros, los familiares y la comunidad eclesial sean servidos por Cristo con su Palabra de gracia
8 El comentario del Papa Francisco sobre esta perícopa es el siguiente: “El fragmento de hoy es el de Marta y María. ¿Quiénes son estas dos mujeres? Marta y María, hermanas de Lázaro, son parientes y fieles discípulos del Señor, que viven en Betania. San Lucas las describe de esta manera: María, a los pies de Jesús, "escuchaba su palabra", mientras Marta está muy ocupada con los quehaceres de la casa (cfr Lc 10, 39-40). Ambas ofrecen acogida al Señor que está de paso, pero lo hacen de forma diferente. María se pone a los pies de Jesús, en escucha, Marta sin embargo se deja absorber por las cosas que debe preparar, y está tan ocupada que se dirige a Jesús diciendo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayuda" (v. 40). Y Jesús le responde reprendiéndola con dulzura: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria" (v. 41).
¿Qué quiere decir Jesús? ¿Qué es esta sola cosa que necesitamos? Sobre todo es importante entender que aquí no se trata de la contraposición entre dos comportamientos: la escucha de la palabra del Señor, la contemplación y el servicio concreto al prójimo. No son dos comportamientos contrapuestos, sino, al contrario, son dos aspectos ambos esenciales para nuestra vida cristiana; aspectos que no van nunca separados, sino vividos en profunda unidad y armonía. Pero entonces ¿por qué Marta recibe reproche, aunque sea hecho con dulzura, de Jesús? Porque ha considerado esencial solo lo que estaba haciendo, estaba por tanto demasiado absorbida y preocupada por las cosas que "hacer". En un cristiano, las obras de servicio y de caridad no han sido nunca separadas de la fuente principal de cada una de nuestras acciones: la escucha de la Palabra del Señor, el estar - como María - a los pies de Jesús, en el comportamiento del discípulo. Y por eso Marta es reprendida.
También en nuestra vida cristiana, queridos hermanos y hermanas, oración y acción están siempre profundamente unidas. Una oración que no lleva a la acción concreta hacia el hermano pobre, enfermo, necesitado de ayuda, en dificultad, es una oración estéril e incompleta. Pero del mismo modo, cuando en el servicio eclesial se está atento solo al hacer, se da más peso a las cosas, a las funciones, a las estructuras, y se olvida de la centralidad de Cristo, no se reserva tiempo para el diálogo con Él en la oración, se corre el riesgo de servirse a sí mismo y no a Dios presente en el hermano necesitado. San Benito resumía el estilo de vida que indicaba a sus monjes en dos palabras: "ora et labora", reza y trabaja. Y de la contemplación, de una fuerte relación de amistad con el Señor que nace en nosotros la capacidad de vivir y de llevar al amor de Dios, su misericordia, su ternura hacia los otros. Y también nuestro trabajo con el hermano necesitado, nuestro trabajo de caridad y de obras de misericordia nos lleva al Señor, porque nosotros miramos precisamente al Señor en el hermano y la hermana necesitado.
Pidamos a la Virgen María, Madre de la escucha y del servicio, que nos enseñe a meditar en nuestro corazón la Palabra de su Hijo, a rezar con fidelidad, para estar siempre más atentos concretamente a las necesidades de los hermanos.”

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE?: Nosotros también hemos sido elegidos por el Padre para continuar la misión de su Hijo en “nuestra tierra”, “... Aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó a su gracia, se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles”. Toda una responsabilidad que sólo podremos llevar a cabo con la experiencia de fe, de tener a Jesús con nosotros. Y toda una responsabilidad que nos debe de llevar a la acción misionera, siempre apoyada en la escucha de la Palabra

¿QUÉ NOS DICE?: ¿Responde nuestra acción en la vida con la elección del Señor? ¿Damos gracias por la presencia del Señor en nuestras vidas? ¿Viene nuestra actividad cristiana precedida por la escucha de la Palabra?

LA ORACION.- Te rogamos, Señor , que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos. A nosotros y a todos los que hoy entrarán en contacto con nosotros, concédenos el gozo y la paz. Te lo pedimos, Señor

ENCÍCLICA REDEMPTORIS MISSIO DEL PAPA SAN JUAN PABLO II
Por tanto, los cuatro evangelios, en la unidad fundamental de la misma misión, testimonian un cierto pluralismo que refleja experiencias y situaciones diversas de las primeras comunidades cristianas; este pluralismo es también fruto del empuje dinámico del mismo Espíritu; invita a estar atentos a los diversos carismas misioneros y a las distintas condiciones ambientales y humanas. Sin embargo, todos los evangelistas subrayan que la misión de los discípulos es colaboración con la de Cristo: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 20) La misión, por consiguiente, no se basa en las capacidades humanas, sino en el poder del Resucitado.



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