29/11/2021 La idea que toda la comunidad experimente al Dios de Jesús no se basa en méritos, sino en los deseos de la persona de acercarse al Dios de Jesús para ser “sanos”

 

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 29 NOVIEMBRE 2021
Esta semana, ya metidos en el Adviento, la liturgia nos presenta al primer Isaías (el Libro de Isaías está escrito por tres personas distintas, aunque se presente como una unidad) y en él, Isaías es el espectador de años cruciales para el reino meridional de Judá, en donde vive, y para el septentrional de Samaría, que precisamente durante su predicación es invadida por Asiria (722- 720 a.C.).

La idea que toda la comunidad experimente al Dios de Jesús no se basa en méritos, sino en los deseos de la persona de acercarse al Dios de Jesús para ser “sanos”

Sión es la colina que domina la ciudad de Jerusalén. En la visión profética, Isaías contempla esa colina en el momento de la intervención salvífica de Dios al final de los tiempos. Desde la Iglesia se difunde el conocimiento de Dios y su palabra, que ilumina a los hombres y les indica el camino que han de seguir para lograr su salvación.
Primera lectura Is 2, 1-5
La paz es un bien inapreciable... especialmente entre los más próximos
El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del reino de Dios
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: "Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor." Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.
Comienza el Adviento con textos bíblicos del AT que provienen en su gran mayoría de la primera parte del libro de Isaías (Is 1-39), pero conforme van pasando los días, el conjunto de lecturas va dejando su carácter escatológico y va adoptando un tema más explícitamente navideño. El corte rotundo se produce el día 18 de diciembre, una semana antes de Navidad, en que los textos decididamente se vuelcan en la primera venida del Seño
Después de proclamar en el primer capítulo la maldad de Jerusalén, su pecado y la complicidad de sus jefes con ladrones, Isaías, tal vez por algún cambio de conducta de los habitantes de la gran Sión, redacta estos versículos de alabanza al pequeño cerro donde está el Templo.
Aunque la oscuridad envuelva el mundo siempre habrá una luz iluminando a las personas de buena voluntad.
Jesús también lo dice: “vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5, 14).
También nosotros tenemos responsabilidad en eso: debemos de mantenernos “encendidos” con la luz del Señor que ilumine a todos los que estén a nuestro alrededor.

El Salmo era un canto de los peregrinos que se acercaban a Jerusalén. Allí, en la ciudad, en el templo, el piadoso israelita se ponía en contacto con Dios. Jerusalén es imagen del reino escatológico, al que suben todas las gentes. Por eso, al saber que ese reino viene, nos alegramos también nosotros preparándonos a la solemnidad de Navidad, que es como una pregustación del reino futuro. Deseamos que todos los hombres vengan a celebrar con nosotros ese culto, para prepararnos a recibir la salvación que Cristo nos ofrece a todos con su venida.
Sal 122, 1-9
Y si a la paz le unimos la alegría ya hemos iniciado nuestra salvación
Vamos alegres a la casa del Señor.
¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
"Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.
" Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: "La paz contigo."
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Y, con esa gran luz, podremos celebrar nuestra entrada en el Señor, nuestro amor al prójimo, con paz y justicia.
Dando seguridad, paz y bien a todos

En Jesús, dirigiéndose a la casa del centurión, descubro el rostro de nuestro Dios viniendo a visitar a nuestra humanidad. Y si Dios manifestado en el Nazareno es aquel que quiere entrar en mi casa, en mi vida, también es el que -como indica el profeta Isaías- desea llevar a cada uno de nosotros a morar en su casa, a compartir su propia vida. Si acepto su Palabra poniéndome en camino, me abrirá la intimidad de su morada. Su amor actúa para formar en mí, en mis hermanos y hermanas una humanidad que olvide el odio, las guerras y el pecado en cualquiera de sus manifestaciones y se dirija hacia la meta de una reconciliación con él y hacia una renovada unión y comunión entre las personas, los grupos y los pueblos.
Evangelio Mt 8, 5-11d
Fe y humildad unidas orientan la vida cristiana
Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho." Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quien para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace." Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos."
El centurión encontró la gran luz, pero introduciendo un nuevo parámetro: una gran fe. Y el Señor, como en otras ocasiones similares, no pudo negarse a acceder a lo que el centurión le pedía.
¿Cómo anda nuestra fe? Ante un disgusto, a veces decimos: ¡que sea lo que Dios quiera!, pero luego seguimos taciturnos y con cara larga, sin realmente responder a lo que dijimos.

LA MEDITACIÓN: ¿QUÉ DICE?: Tratemos de que nuestras Parroquias sean luz en este mundo tan complicado, y hagámoslo con verdadera fe, pero también con la insistencia del centurión.

LA MEDITACIÓN ¿QUÉ ME DICE?: ¿Soy luz en mi ambiente? Luz cálida, humilde, sin grandes resplandores, pero eficaz en mi iluminación. ¿Cuido y proclamo mis experiencias de fe? Las señales del Señor son constantes, debemos estar atentos a ellas
LA ORACIÓN: Yo sé, Señor, que Tu eres la luz indestructible que vienes a iluminar nuestras tinieblas, y despiertas nuestra fe aletargada

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL, QUERIDA AMAZONIA
49. No es suficiente prestar atención al cuidado de las especies más visibles en riesgo de extinción. Es crucial tener en cuenta que en «el buen funcionamiento de los ecosistemas también son necesarios los hongos, las algas, los gusanos, los insectos, los reptiles y la innumerable variedad de microorganismos. Algunas especies poco numerosas, que suelen pasar desapercibidas, juegan un rol crítico fundamental para estabilizar el equilibrio de un lugar». Esto fácilmente es ignorado en la evaluación del impacto ambiental de los proyectos económicos de industrias extractivas, energéticas, madereras y otras que destruyen y contaminan. Por otra parte, el agua, que abunda en la Amazonia, es un bien esencial para la sobrevivencia humana, pero las fuentes de contaminación son cada vez mayores.



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