21/05/2022 El mundo que rechaza Jesús es el ambiente hedonista que parece vigente; el cristiano tiene que huir del ambiente, rescatando a la persona

 

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 21 MAYO 2022
El mundo que rechaza Jesús es el ambiente hedonista que parece vigente; el cristiano tiene que huir del ambiente, rescatando a la persona

Desde el inicio, este cap. 16 comienza narrando el segundo viaje misionero de S. Pablo. Sorprende que le inicie visitando Derbe y Listra, dos ciudades donde tanto habían sufrido, al mismo tiempo que había surgido en ellas una gran comunidad. En una de ellas vive Timoteo, (hijo de madre cristiana y padre griego) que llegará a ser un referente en esa primitiva iglesia. Pablo se refiere a él (1Cor 4,17; 1Tim 1,2) como “mi hijo querido y fiel en el Señor” o “mi verdadero hijo en la fe”. Con estas expresiones sentimos que Pablo nunca estuvo decepcionado ni se arrepintió, por haber escogido a Timoteo para que lo acompañara en su trabajo misionero y que éste a su vez se comprometiera en el anuncio de Salvación que Cristo realizó para todos los pueblos. Pablo cree firmemente que esta elección es obra de Dios y así vemos claramente como este plan de Dios va desarrollándose y realizándose tal como lo encontramos en la 2Tim 2,1ss
Por todo esto, nos sorprende más aun lo que vemos realizado en Hch 16,3 “decidió llevarlo consigo y lo circuncidó,”. Pablo, llegaba de Jerusalén con los acuerdos alcanzados por los apóstoles, referidos al asunto de la “no necesaria” circuncisión a los gentiles para acceder a la salvación de Cristo. Igualmente conocemos la creencia y defensa que Pablo tiene sobre este asunto en sus cartas (1Cor 9,20; Gal 2,2-10). Nos podemos preguntar, ¿por qué entonces realiza Pablo la circuncisión a Timoteo?, a simple vista, es una contradicción. “En cuanto seguidores de Cristo, lo mismo da estar circuncidados que no estarlo; lo que vale es la fe que actúa por medio del amor” Gal 5,6). Tenemos que seguir buscando.
Alguna causa de fuerza mayor con relación al anuncio de la Buena Noticia tuvo que existir, Lucas lo expresa en Hch 16,3b; y algún comentarista lo señala así: “ La circuncisión de Timoteo no tenía nada que ver con su salvación, sino con su nacionalidad como judío. Siendo medio judío y medio griego Timoteo podía tener buena entrada entre judíos y griegos, pero para trabajar con los judíos tenía que ser circuncidado, porque éstos no hubieran tenido respeto por un judío incircunciso. Por lo tanto, aunque no era necesaria la circuncisión para la salvación de Timoteo, la incircuncisión hubiera sido un tropiezo para él entre los judíos. ¡Gran sabiduría la de Pablo! Confirmar en la fe a sus hermanos y que la Salvación pueda ser acogida por todos y todas.
Primera lectura Hch 16,1-10
¿Estoy atento a las llamadas de personas necesitadas que percibo a mi alrededor?
Ven a Macedonia y ayúdanos.
En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de un griego y de una judía creyente. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso llevárselo y lo circuncidó, por consideración a los judíos de la región pues todos sabían que su padre era griego. Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día. Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia. Al llegar a la frontera de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Troas. Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Ven a Macedonia y ayúdanos.» Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.
1 La misión de Pablo va asentando las Iglesias y creando otras nuevas por todo el territorio de la actual Turquía.
2 La llamada del macedonio es una señal del Señor, señales a las que nosotros debemos de estar atentos para ver donde el Señor nos necesita.
3 Señal del Señor es también ese hecho expresado como “el Espíritu Santo no les consintió...”. Esa llamada que en su día hizo el Papa Benedicto XVI a una Nueva Evangelización, es algo que nuestras Parroquias deberían hacer con continuidad, creando grupos de catequesis, visitando a los más necesitados...
4 Los laicos tenemos que involucrarnos en esa acción parroquial, porque las ovejas tienen que ayudar al Pastor a formar un grupo que vaya por el camino que el Señor indica, y los pastores tienen que comprender que somos ovejas válidas, no sólo para balidos, sino también para trabajar hacia el Señor, para llevar al evangelización a los rincones de la Parroquia.

La Biblia nos refiere numerosas circunstancias en que Israel re- celebró la Alianza. Cada vez que un nuevo acontecimiento hacía experimentar la protección de Dios, o cuando se había incurrido en una gran infidelidad, se re- hacía la Alianza. ¡La Alianza! El corazón de la fe de Israel: Dios es nuestro "aliado", Él está "con nosotros", "Él nos ha desposado", "¡Él ha unido su destino con el nuestro!" "¡Él nos ama!"
Ahora bien, aunque ciertas fórmulas bíblicas podrían dar una impresión contraria, jamás Israel consideró esta dicha, esta admirable convicción, como un "privilegio" exclusivo. Vemos aquí, la invitación explícita a todos los hombres, a toda la tierra, a participar de su alegría y su acción de gracias.
Lo que sabemos ya, lo que vivimos ya, la alegría que nos inunda ya, es la prefiguración de aquello destinado a la "tierra entera" a la "¡humanidad entera!", ¡Venid todos y cada uno! La Alianza de Dios está con nosotros, el amor de Dios hacia nosotros... es para ¡todos los hombres!
Sal 100, 1 - 2. 3. 5
Gracias te damos, Señor, por tu fidelidad; tratamos de servirte con alegría, aunque a veces reclamemos algo de felicidad para los más necesitados
Aclama al Señor, tierra entera.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
Y su fidelidad dura por todas las edades.
Porque el Señor nos hizo, somos suyos, ovejas de su rebaño y debemos de tratar de estar juntos, servirnos unos a otros con amor y, sobre todo, servir a los más oprimidos, que siempre existen en cualquier grupo.
Todo esto nos lleva a aclamar al Señor y a saber estar en su presencia, a tener la seguridad de que Él nos acompaña en todo momento; solamente tenemos que estar atentos a sus señales, a esas señales que su misericordia y su fidelidad siempre nos harán llegar; pero el ruido mundano es grande; las necesidades creadas son muchas; las tentaciones del poder abundan.
Y así nuestro corazón y nuestra mente se llenan de otras cosas que nos impiden ver, notar, escuchar la presencia del Señor.
Si le escuchamos sabremos servirle con alegría, sabremos apreciar esos dones del Espíritu que Pablo tan detallada y bellamente nos describe (Ga 5, 22 – 23),
Y así viviremos el Reino empezando ya aquí en la tierra que el Señor nos ha dado y nos prepararemos para la culminación en la resurrección con Jesús, nuestro querido hermano

Siguiendo la lectura nos encontramos repetidamente mencionar la acción del Espíritu. Todo el libro de Hch nos va revelando la personalidad del Espíritu Santo. Él no es simplemente una "fuerza" como pueden decir los materialistas, sino una persona que habla, enseña, prohíbe, acompaña, etc. ¡Qué docilidad y satisfacción poder llegar a vivir cada día con esta experiencia de fe! Mirando mi vida concreta y la de nuestra iglesia me surge una cierta nostalgia y orando me pregunto: ¿Sería tan sencillo como a simple vista, nos lo narran? Seguro que no, tenemos que saber leer entre líneas, para ir descubriendo luces e intuiciones por dónde quiere guiarnos el Espíritu Santo hoy día.
La visión que tuvo Pablo cambió el rumbo de su evangelización, en ella descubrió la manifestación de la voluntad de Dios y como dice el texto, “procuramos pasar rápidamente a Macedonia, persuadidos de que Dios nos llamaba a anunciar la buena noticia”. ¡Qué alegría queda cuando respondemos con una prontitud así! y ¡qué vacío cuando nos reservamos para nosotros mismos!
El amor es más fuerte que el odio
Encuentro una tensión en los textos entre el “ven y ayúdanos” de la primera lectura y el evangelio de hoy, “por eso el mundo los odia” (v 19b) Un minuto que miremos o recordemos las noticias que nos llegan sin cesar, podemos sentir esta tensión haciéndose realidad, en la segunda afirmación. El cristiano que sigue a Jesús, está llamado a vivir al revés de la sociedad=mundo. En un mundo organizado desde intereses egoístas, absolutos y de poder, quien procure vivir e irradiar el amor será crucificado. “El siervo no es más que su Señor” (v20b).
Nunca había sentido tan real este evangelio, haciéndose vida en tantas comunidades cristianas perseguidas, torturadas, exterminadas, y en tantos lugares a la vez. Simplemente por confesar y permanecer en la fe de un Cristo Resucitado.
Esta tensión también se da en el día a día de nuestra existencia cristiana. ¿Cuántas veces hemos sentido las “llamadas”, los gritos, de la realidad? A veces, se trata de personas o familiares con necesidades; otras, de una situación de injusticia flagrante ya sea cercana o más lejana; otras, de un gran abanico de indiferencia religiosa o de valores. Cuando no blindamos nuestro corazón a la realidad, oímos muchas veces la voz que Pablo oyó: “Ven y ayúdanos”. Sentimos que el mundo es la casa familiar en la que podemos echar una mano. ¡Estamos hechos para servir a este mundo, para responder a sus llamadas, que son llamadas del Espíritu de Dios! Simplemente, estemos atentos.
Evangelio Jn 15,18-21
La lectura del evangelio de hoy describe la situación precaria de la comunidad cristiana en el mundo de aquel tiempo; ¿no estamos igual ahora mismo?
No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. "Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.»
1 Hace aquí Jesús unas consideraciones importantes que van en línea con las lecturas de la liturgia de hoy.
2 ¡Cuantas gracias tenemos que dar al Señor por habernos escogido! Porque nos sentimos escogidos, ¿no? Ay, ay, ay, que tenemos dudas.
3 Un índice de elección es nuestro deseo de propagar el Reino, la Buena Nueva, que puede llevarnos a veces a ser menospreciados, o a no ser ascendidos, o a ser “ninguneados”.
4 Daremos, entonces, gracias al Señor, pidiéndole ánimos para continuar en su camino.
5 Otro índice es nuestro régimen de vida: ¿austero? ¿lujoso? ¿compartiendo?, pero compartiendo de verdad, ¡eh!, no las migajas de la sobremesa.

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE? : La misión de esparcir la Buena Nueva por todo nuestro alrededor es una gran responsabilidad que tenemos que tomar muy en serio. La oración nos ayudará a hacerlo, uniéndonos más con el Señor. Ese Señor que ¡nada menos! que nos ha escogido para ser señal de su presencia, señal de su resurrección, señal de su ayuda a todos, judíos y griegos, hombres y mujeres, esclavos y dueños, ricos y pobres. Pero, claro, los pobres tienen que ser mayor objeto de nuestra atención, para ayudarles y, también, para darnos cuenta de lo que nos dan ellos a nosotros cuando compartimos nuestra humanidad.

¿QUÉ NOS DICE? : ¿Escuchamos las llamadas de aquellos que necesitan que les demos testimonio de la presencia del Señor en nuestras vidas? ¿Aclamamos al Señor y le servimos con alegría? ¿Nos sentimos escogidos por el Señor?

LA ORACIÓN: Señor, Dios todopoderoso, que por las aguas del bautismo nos has engendrado a la vida eterna, ya que has querido hacernos capaces de la vida inmortal, no nos niegues ahora tu ayuda para conseguir los bienes eternos. Tú que concedes paz y alegría a todos los que creen en ti, danos el vivir como hijos de la luz mientras nos alegramos de tu victoria. Te lo pedimos, Señor

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA DE SU SANTIDAD PABLO VI "EVANGELII NUNTIANDI"
El Sucesor de Pedro
67. El Sucesor de Pedro, por voluntad de Cristo, está encargado del ministerio preeminente de enseñar la verdad revelada. El Nuevo Testamento presenta frecuentemente a Pedro "lleno del Espíritu Santo", tomando la palabra en nombre de todos. Por eso mismo San León Magno habla de él como de aquel que ha merecido el primado del apostolado. Por la misma razón la voz de la Iglesia presenta al Papa "en el culmen —in apice, in specula—, del apostolado". El Concilio Vaticano II ha querido subrayarlo, declarando que "el mandato de Cristo de predicar el Evangelio a toda criatura (cf. Mc 16, 15) se refiere ante todo e inmediatamente a los obispos con Pedro y bajo la guía de Pedro".
La potestad plena, suprema y universal que Cristo ha confiado a su Vicario para el gobierno pastoral de su Iglesia, consiste por tanto especialmente en la actividad, que ejerce el Papa, de predicar y de hacer predicar la Buena Nueva de la salvación.



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