03/12/2022 El adviento debe ser un tiempo de motivación para reforzar nuestra formación y nuestro compromiso misionero

 

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 03 DICIEMBRE 2022
El adviento debe ser un tiempo de motivación para reforzar nuestra formación y nuestro compromiso misionero

Nos encontramos ante un texto muy bonito; es un poema que dice todo lo que uno descubre maravillado al encontrar a Dios en las lágrimas.
Primera lectura Is 30, 18-21.23-26
Dios, siempre presente, espera con impaciencia el momento del retorno para poder hacer de Israel objeto de su misericordia. Nada más pide que confíen en él
Cuando te quejes, el Señor se inclinará hacia ti.
Así dice el Señor, el Santo de Israel: «Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, no tendrás que llorar, porque se apiadará a la voz de tu gemido: apenas te oiga, te responderá. Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: "Éste es el camino, camina por él." Te dará lluvia para la semilla que siembras en el campo, y el grano de la cosecha del campo será rico y sustancioso; aquel día, tus ganados pastarán en anchas praderas; los bueyes y asnos que trabajan en el campo comerán forraje fermentado, aventado con bieldo y horquilla. En todo monte elevado, en toda colina alta, habrá ríos y cauces de agua el día de la gran matanza, cuando caigan las torres. La luz de la Cándida será como la luz del Ardiente, y la luz del Ardiente será siete veces mayor. Cuando el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de su golpe.»
1 Los habitantes de Jerusalén ven a los asirios cerca de sus puertas. El profeta insufla esperanza en la ayuda del Señor, que ama a su pueblo y le instruye en el camino que debe de seguir.
2 Siguiendo ese camino las amenazas se extinguirán y la cosecha será abundante, con semillas regadas por abundante lluvia.
3 Es el camino de la felicidad que nos indica el salmo 1, ¿os acordáis?... Hay que repasar.
4 Isaías evoca una felicidad paradisíaca, un futuro reino mesiánico del que todo mal habrá desaparecido: hambre... enfermedad... violencia... injusticia...
5 Es el retorno del hombre a su equilibrio moral que traerá también consigo el retorno de la naturaleza a su armonía y a la fecundidad del «paraíso terrenal».
6 La Biblia cree profundamente en una comunión entre el hombre y su entorno: el Señor resucitado, no solamente salva el alma, sino también la carne y la materia, salva al hombre entero, el ser semita que es una unidad

Nuestro oído puede no ser demasiado bueno; nuestras canciones pueden desentonar algo; pero la alabanza al Señor no debe de separarse nunca de nuestro corazón
Al igual que los judíos alaban al Señor que les ha devuelto a su tierra, así nosotros seguro que tenemos múltiples razones para dar gracias a Dios.
Y formando parte de esa alabanza está la necesidad que tiene que surgir de nuestras entrañas de ser instrumento del Padre para sanar los corazones de las personas que nos rodean y que no encuentran su dignidad, en un mundo en el que la ambición es predominante
Salmo 147, 1-2.3-4.5-6
La bondad del Señor se manifiesta en toda clase de beneficios
Dichosos los que esperan en el Señor.
Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel.
Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.
Nuestra oración que con tanta frecuencia es de petición, debe de dar cauce también a la alabanza a nuestro Padre, que cuida de nosotros, que nos acompaña en nuestro caminar por la vida
El salmo afirma la esperanza de reunión de toda la humanidad, reunión para caminar juntos; juntos en la alegría de saber esa presencia del Señor, juntos en el sufrimiento amortiguando su impacto, juntos en la compasión
Porque el salmo también afirma la esperanza de que el Señor sanará los corazones destrozados, su compasión no tiene límites y su confianza en nuestra acción tampoco.
Y, realmente, es que nos conoce a todos, uno a uno conoce a todo ese rebaño que el pastorea, rebaño en el que la libertad individual es un hecho y la paciencia del Señor el contraste.
Y nuestra libertad debería de orientarse en la línea en la que el Señor está, sosteniendo a los más humildes y tratando de parar la acción de los ambiciosos acaparadores.
Y, además, sabemos que Jesús vino a realizar algunas de las acciones divinas cantadas por este salmo: El reconstruyó la humanidad... El reunió a los que estaban dispersos... El curó y perdonó a los corazones afligidos... El beatificó a los humildes y pequeños... El humilló a los orgullosos.

Hasta este momento Jesús se dio a conocer por sus predicaciones en las sinagogas cercanas a Cafarnaún. Empezó solo la misión, pero ahora constituye el grupo de los Doce. Los necesita para organizar sus reuniones, transmitir sus enseñanzas, multiplicar los signos milagrosos que se realizan en los enfermos.
Jesús quiere que sus discípulos sean doce para demostrar que su proyecto era la formación de un pueblo, siendo que doce era el número de las tribus de Israel.
Evangelio Mt 9,35-10.1.6-8
El Reino de Dios es a la vez una liberación del error, un progreso del hombre a la luz de la verdad que le libera
Jesús, al ver a las muchedumbres, se compadeció de ellas.
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.» Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos curar toda enfermedad y dolencia. A estos doce los envió con estas instrucciones: «Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»
1 Es muy elocuente el resumen que el evangelio de hoy presenta sobre la actividad misionera de Jesús. En primer lugar, nos indica que Jesús recorre todas las ciudades y los poblados. Jesús no espera a que la gente venga hasta él, sino que él mismo va en busca de la gente recorriendo todas las ciudades y poblados.
2 En segundo lugar participa en la instrucción que tiene lugar en las sinagogas, esto es, en las comunidades. Jesús va allí donde la gente está reunida alrededor de su fe en Dios. Es allí donde él anuncia la Buena Nueva del Reino, esto es, la Buena Nueva de Dios. Jesús no enseña doctrinas como si la Buena Nueva fuera un nuevo catecismo, sino que en todo lo que dice y hace deja transparentar algo de la Buena Nueva que le anima por dentro, es decir, Dios, el Reino de Dios.
3 Cura todo tipo de dolencia y enfermedad. Lo que más marcaba la vida de la gente pobre era la dolencia, cualquier tipo de dolencia, y lo que más marca la actividad de Jesús, es consolar a la gente, aliviar su dolor.
4 Son buenas pistas para nuestra acción cristiana, ¿verdad?... claro que dentro de nuestra capacidad y nuestra iniciativa, pero siempre en la seguridad de que un Espíritu que Jesús nos dejó actúa de motor de esa actividad.
5 Otra “pista” que nos da el evangelio de hoy es la compasión de Jesús; es un sentimiento que el cristiano debe tener enraizado en su corazón.
6 Y es por eso que siempre que se menciona la compasión de Jesús, me veo impulsado a incluir el trozo de entrevista hecha al Sacerdote José A. Pagola (supongo que me repito):
“La compasión de Jesús, voy a decirlo rápidamente, supone en primer lugar, interiorizar el sufrimiento ajeno, hacer que me duela a mí, dejarme afectar, ser sensibles al sufrimiento. Y la Iglesia, lo que quiero es una Iglesia sensible, no Caritas solo, la Iglesia de Jesús sensible al sufrimiento.
Segundo, ese sufrimiento interiorizado, se tiene que convertir (en Jesús se convierte), en un principio de acción, en un estilo de vivir; hay estilos de vivir compasivos y hay estilos de vivir fríos, de muchos estilos.
Y luego, tercero, que ese estilo de vivir se concrete en reacciones, en compromisos, en actitudes a aliviar el sufrimiento y, a ser posible, erradicarlo.
Yo quiero una Iglesia en la que la gente pueda ver con mucha claridad que lo que le importa a la Iglesia es una vida dichosa y sana de todos, empezando por los últimos; esto hay que decirlo siempre si estamos hablando de Jesús.”
7 Y Jesús implica a los discípulos en la misión. Ante la inmensidad de la tarea misionera, la primera cosa que Jesús pide a los discípulos es rezar: “La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies”. Es una clara llamada a todos nosotros
8 La oración es la primera forma de compromiso de los discípulos con la misión. Pues si uno cree en la importancia de la misión que uno tiene, entonces hará todo lo posible para que no muera con uno mismo, sino que continúe en los demás durante su vida y después.
Todos nosotros recibimos la misma misión que Jesús dio a los discípulos. ¿Tienes conciencia de tener esta misión? ¿Cómo vives tu misión?

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE? : La liturgia de hoy nos marca claramente el camino de la vida cristiana; una vida de compromiso, especialmente con los más débiles; una vida en la que la oración está presente; una vida de iniciativa para tratar siempre de ayudar a los que nos rodean.

¿QUÉ NOS DICE? : ¿Alabamos alguna vez al Señor? ¿Tratamos de conocer el camino que nos indica? ¿Tratamos de ser misioneros de su Palabra, de su instrucción de su compasión? Todos nosotros recibimos la misma misión que Jesús dio a los discípulos y discípulas. ¿Tenemos conciencia de esta misión? ¿Cómo vivimos nuestra misión?

LA ORACIÓN: Señor, haz que sepamos acogernos mutuamente, como Cristo nos acogió a nosotros para dar gloria a Dios. Cólmanos de alegría y paz en nuestra fe, para que rebosemos de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo, ven con tu bondad y tu inmensa compasión en ayuda de todos y sal al encuentro de los que te desean aun sin saberlo. Te lo pedimos, Señor (De la web El testigo fiel)

ENCÍCLICA REDEMPTORIS MISSIO DEL PAPA SAN JUAN PABLO II
Hay que dirigir, pues, la atención misionera hacia aquellas áreas geográficas y aquellos ambientes culturales que han quedado fuera del influjo evangélico. Todos los creyentes en Cristo deben sentir como parte integrante de su fe la solicitud apostólica de transmitir a otros su alegría y su luz. Esta solicitud debe convertirse, por así decirlo, en hambre y sed de dar a conocer al Señor, cuando se mira abiertamente hacia los inmensos horizontes del mundo no cristiano.



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