Salmo 008

 

 

2 ¡Oh Señor, nuestro Dios, qué grande es tu nombre en toda la tierra! Y tu gloria por encima de los cielos.

3 Hasta bocas de niños y lactantes recuerdan tu poder a tus contrarios y confunden a enemigos y rebeldes.

4 Al ver tu cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has fijado,

5 ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él? ¿qué es el hijo de Adán para que cuides de él?

6 Un poco inferior a un dios lo hiciste, lo coronaste de gloria y esplendor.

7 Has hecho que domine las obras de tus manos, tú lo has puesto todo bajo sus pies:

8 ovejas y bueyes por doquier, y también los animales silvestres,

9 aves del cielo y peces del mar, y cuantos surcan las sendas del océano.

10 ¡Oh Señor, Dios nuestro, qué grande es tu Nombre en toda la tierra!

 

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Introducción.- El salmista contempla las maravillas de la creación: el cielo estrellado, el reflejo plateado de la luna, los animales al servicio del hombre, y las bocas de los tiernos infantes que, pendientes de los pechos de sus madres, proclaman la grandeza y providencia del Creador. Es como un comentario poético a la obra de la creación narrada en el cap. 1 del Génesis. El hombre es el representante de Dios en la obra de la creación.

 

2 ¡Oh Señor, nuestro Dios, qué grande es tu nombre en toda la tierra! Y tu gloria por encima de los cielos.

- En la Creación actúa ciertamente el amor, pero sobresale el poder. En la restauración, con la venida de Jesús, -segunda creación- brilla, por encima de todo, el amor. En ambos casos, ¿somos conscientes de la presencia de Dios en la Naturaleza, siempre glorioso, pero al mismo tiempo humilde? ¿Cómo vemos la gloria de Dios? La gloria de Dios es la belleza de Su espíritu.  ¿Cómo vemos nuestra gloria? Santiago nos lo indica: “El hermano de humilde condición se gloriará en su exaltación, y el rico en su humillación” (Sant 1,9)

 

3 Hasta bocas de niños y lactantes recuerdan tu poder a tus contrarios y confunden a enemigos y rebeldes.

- En nuestros nietos y biznietos podemos ver claramente la fuerza y la misericordia del Señor, que continua dando la vida generosamente ¿Somos conscientes de la generosidad del Señor para con sus criaturas y nos ocupamos de darle gracias por ello?

 

4 Al ver tu cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has fijado,

- A medida que la ciencia nos revela las maravillas del universo, con mayor razón podremos cantar este salmo "Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos..." hoy que sabemos que el cosmos es inmensamente grande a "millones de años luz", ¿dejaremos por ello de maravillarnos? ¿Encaminamos los descubrimientos de la ciencia a destacar aún más la grandeza y la generosidad de Dios?

El firmamento pregona la obra de sus manos: pensemos en ello; El salmista contempla las maravillas de la creación: el cielo estrellado, el reflejo plateado de la luna, los animales al servicio del hombre, y las bocas de los tiernos infantes que, pendientes de los pechos de sus madres, proclaman la grandeza y providencia del Creador. Es como un comentario poético a la obra de la creación narrada en el cap. 1 del Génesis. El hombre es el representante de Dios en la obra de la creación. Todo ha sido creado al servicio del hombre, y éste al servicio de Dios, por estar hecho a «imagen y semejanza suya». El salmista, lejos de reconocer como divinidades a los astros y a la misteriosa transmisión de la vida, lo presenta todo como obra del único Dios del universo, que gobierna todas las cosas con «número, peso y medida» (Sab 11,21). El poeta, extasiado ante tanta grandeza cósmica, se admira de que el Creador omnipotente se preocupe de un ser tan insignificante como el hombre. Sin embargo, éste es el rey de la creación por llevar el sello de lo divino en su alma.

 

¿sólo miramos el sol para echarnos crema? ¿No vemos todo lo que el sol nos da gracias al Señor?. ¿sólo miramos las estrellas para ver si hace buena noche? ¿No vemos la obra de Dios? ¿Y la lluvia? El agua que nos sostiene.

La magnificencia del Creador se despliega ante la mirada encantada del salmista frente a la silenciosa belleza de un cielo nocturno. Todo revela a un Dios inmenso, al que pertenecen los cielos y los astros amorosamente dispuestos con orden y armonía por sus dedos de experto cincelador. Día y noche se suceden dando la pauta para el descanso de los seres vivos. El hombre sueña con “invadir” otros cuerpos celestes.

¿No sería mejor soñar con crear mejores condiciones de vida para todos?

¿No sería mejor extasiarnos con la grandeza del Universo y no resistirla necesidad de alabar a nuestro Dios?

¿No sería mejor tratar de mejorar la vida de los que nos rodean?

¿No sería mejor sentir en nosotros el amor de la Creación?

 

5 ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él? ¿qué es el hijo de Adán para que cuides de él?

- En todo lo que nos rodea, en la maravilla de un firmamento estrellado, o en la grandeza de un temporal en la mar, el Señor está presente,

¿Tenía realmente necesidad del ser humano?

Ante la fascinación que le provoca el universo, el ser humano, único animal racional, pregunta acerca de su propia identidad. Si es tan grande la diferencia entre el Creador y la criatura,

¿Cuál es el papel que juega y cuál el puesto que ocupa el hombre en la creación?

En otras palabras, ¿qué hacemos aquí?

¿Por qué tanta diferencia entre los seres humanos?

¿Hacemos algo para amortiguar esas tremendas diferencias, o solamente “las referimos” a las grandes fortunas?

 

6 Un poco inferior a un dios lo hiciste, lo coronaste de gloria y esplendor.

- En el corazón, en el centro de este universo abrumador, inmenso, está el "hombre", infinitamente más grande que este mundo... sí, ¡el hombre es más grande y más importante que el sol! ¿Por qué? Porque ocupa constantemente el pensamiento de Dios ¿Ocupa Dios nuestro pensamiento, caminamos en sus sendas?

Por muy grande que sea nuestra dignidad jamás nos olvidemos de que sólo en una relación continua con el Señor podremos realizarnos plenamente. Encaminar hacia Él nuestros pasos; dejarnos guiar por su Espíritu es la mejor de las decisiones que, con toda libertad, podamos haber tomado. "Quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien" (Papa Francisco)

¿Comprendemos qué es nuestra dignidad?

¿Reconocemos lo que afecta al decoro (nivel mínimo de calidad de vida para que la dignidad de alguien no sufra menoscabo) de personas que “andan” cerca de nosotros?

¿O nos “conformamos” con “nuestra gloria” (buen vivir)?

 

7 Has hecho que domine las obras de tus manos, tú lo has puesto todo bajo sus pies:

- Todo lo puso Dios en nuestras manos; y a nosotros mismos nos llama para que participemos eternamente de su Vida y de su Gloria. Por eso no podemos esclavizar nuestra existencia a las cosas pasajeras, pues somos señores y dueños de todo lo creado. Dios, que nos llamó a la vida, no nos ha abandonado, ni siquiera cuando, a causa del pecado, nos alejamos de Él.

¿Centramos nuestra vida en la preocupaciones terrenas, sin entregar a Dios nuestro corazón en la seguridad de ser atendidos por Él, calmando así nuestras ansias?

¡ Un solo hombre es mayor y tiene más precio a los ojos de Dios que todo el universo! Dios reserva para el hombre un cuidado que el mecanismo celeste no necesita: Dios ama al hombre. ¡Qué grande es tu nombre!

¿Alabamos al Señor alguna vez?

Gracias, Señor, por colocarnos por encima de toda la creación material. Te rogamos que nuestra conducta sea de utilización responsable de todo lo que has puesto en nuestras manos, empleando los productos naturales sin ansias de enriquecimiento, sin ambición desmedida, y siempre compartiendo todo con nuestro prójimo.

Por desgracia, el dominio del hombre, puede ser mal entendido y deformado por el hombre egoísta, que con frecuencia ha actuado más como un tirano loco que como un gobernador sabio e inteligente. El libro de la Sabiduría pone en guardia contra este tipo de desviaciones, cuando precisa que Dios «formó al hombre para que dominase sobre los seres creados (...) y administrase el mundo con santidad y justicia» (Sb 9,2-3). También Job, aunque en un contexto diverso, recurre a este salmo para recordar sobre todo la debilidad humana, que no merecería tanta atención por parte de Dios: «¿Qué es el hombre para que tanto de él te ocupes, para que pongas en él tu corazón, para que lo escrutes todas las mañanas?» (Jb 7,17-18). La historia documenta el mal que la libertad humana esparce en el mundo con las devastaciones ambientales y con las injusticias sociales más clamorosas.

¿Cuidamos nuestro entorno?

¿Educamos a los “nuestros” en este cuidado?

¿Sabemos que la Constitución, en su artículo 45, reconoce a todos los ciudadanos el derecho a disfrutar del medio ambiente y el deber de conservarlo?

 

8 ovejas y bueyes por doquier, y también los animales silvestres,

Gran parte de las bestias del campo entran en nuestra alimentación, pero no sólo por eso, merecen nuestro buen trato evitando castigos físicos desproporcionados.

¿Cuidamos de que los animales que podamos tener bajo nuestra responsabilidad tengan una vida normal?

 

9 aves del cielo y peces del mar, y cuantos surcan las sendas del océano.

En la mar los peces y las aves son motivo de paisaje cambiante, curiosidades y mantenimiento del entorno. El pescado es parte de nuestra alimentación y frecuentemente escuchamos decisiones de las autoridades para mantener el nivel adecuado de supervivencia.

¿ Sabemos, por ejemplo, que uno de los aspectos más innovadores introducidos por la Ley de Pesca de la Junta de Castilla y León del 2013 es el reconocimiento de la trucha común como especie de interés preferente, por su importancia ecológica y recreativa?

¿Somos conscientes de la necesidad de establecer restricciones temporales y espaciales para la conservación y protección de recursos pesqueros, especies en peligro de extinción…

 

10 ¡Oh Señor, Dios nuestro, qué grande es tu Nombre en toda la tierra!

Me pregunto: ¿Por qué es admirable su nombre en toda la tierra? La respuesta es: porque su majestad se eleva por encima de los cielos. El sentido sería: Señor, que eres nuestro dueño, ¡cómo te admiran todos los que habitan en la tierra! Porque desde la humildad terrena tu majestad se ha elevado por encima de los cielos. Cuando unos vieron y otros creyeron adónde subías, es cuando vieron claro quién eras cuando bajabas.

¿Quiénes somos para que Dios se fije en nosotros? ¿Qué experimento al saber del amor de Dios por mí?

¿Qué significa dar gloria a Dios con mi propia vida? ¿Estoy dando gloria a Dios con mi vida? ¿Qué puedo hacer para dar aún más gloria a Dios?

¿Qué relación tiene mi obediencia a Dios y el darle gloria?

El Señor Jesús nos dijo: «La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto». ¿Qué sentido tienen estas palabras para mi vida? ¿Cómo puedo dar mucho fruto?

 

ORACIÓN

Tu inmenso poder es motivo de alegría y gran gozo para nuestro espíritu. Tu voluntad de reconocerle al hombre, tu propia dignidad, en razón de nuestra condición de ser vuestros hijos, es un privilegio inmerecido. Te damos gracias, Señor