SALMO 039

SALMO 039. MEDITACIÓN Y SÚPLICA EN EL MOMENTO DEL DOLOR

 

La rebelión frente al mal
2 Yo pensé: "Voy a vigilar mi proceder
para no excederme con la lengua;
le pondré una mordaza a mi boca,
mientras tenga delante al malvado".
3 Entonces me encerré en el silencio,
callé, pero no me fue bien:
el dolor se me hacía insoportable;
4 el corazón me ardía en el pecho,
y a fuerza de pensar, el fuego se inflamaba,
¡hasta que al fin tuve que hablar!

Reflexión sobre la caducidad de la vida
5 Señor, dame a conocer mi fin
y cuál es la medida de mis días,
para que comprenda lo frágil que soy:
6 no me diste más que un palmo de vida,
y mi existencia es como nada ante ti.
Ahí está el hombre: es tan sólo un soplo, Pausa
7 pasa lo mismo que una sombra;
se inquieta por cosas fugaces
y atesora sin saber para quién.
8 Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda?
Mi esperanza está puesta sólo en ti:
9 líbrame de todas mis maldades,
y no me expongas a la burla de los necios.

Súplica confiada
10 Yo me callo, no me atrevo a abrir la boca,
porque eres tú quien hizo todo esto.
11 Aparta de mí tus golpes:
¡me consumo bajo el peso de tu mano!
12 Tú corriges a los hombres,
castigando sus culpas;
carcomes como la polilla sus tesoros:
un soplo, nada más, es todo hombre. Pausa
13 Escucha, Señor, mi oración;
presta oído a mi clamor;
no seas insensible a mi llanto,
porque soy un huésped en tu casa,
un peregrino, lo mismo que mis padres.
14 No me mires con enojo,
para que pueda alegrarme,
antes que me vaya y ya no exista más.
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SALMO 039. MEDITACIÓN Y SÚPLICA EN EL MOMENTO DEL DOLOR

Introducción.- Es este un Salmo muy destacado porque nos revela la fragilidad, la debilidad y la pequeñez de la humanidad. Nos expone la vanidad de la existencia humana y nos habla de las características prácticas de los cristianos

La rebelión frente al mal
2 Yo pensé: "Voy a vigilar mi proceder
para no excederme con la lengua;
le pondré una mordaza a mi boca,
mientras tenga delante al malvado".
El examen de conciencia es muy necesario para el cristiano, revisando nuestra forma de vivir, nuestras intenciones para ver si estamos en armonía con la palabra de Dios.
Cuidado con juzgar a los demás. Es cierto que en nuestro mundo son muchos los despreocupados,, los indiferentes. Pero es importante que este severo juicio nos lo apliquemos primero a nosotros mismos; porque, de hecho, ¿no es quizá la tibieza, la mediocridad, lo que caracteriza muchos de mis días y actos?
¿Veo, con frecuencia, la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio?

3 Entonces me encerré en el silencio,
callé, pero no me fue bien:
el dolor se me hacía insoportable;
4 el corazón me ardía en el pecho,
y a fuerza de pensar, el fuego se inflamaba,
¡hasta que al fin tuve que hablar!
El yo del poema se distancia de sí para observarse; analiza síntomas y procesos interiores, incluso su actividad de "meditar" y su inactividad controlada. Hablar o no hablar es su dilema.
Si habla, a lo mejor yerra, como dice el Libro de Sirá: “Sucede que uno resbala sin mala intención; ¿quién no ha pecado nunca con su lengua?” (Eclo 19, 16)
Mejor no hablar, especialmente en presencia de un malvado malintencionado, o para no tener que sentirse “amarrado por tus propias palabras, prisionero de tus compromisos” (Pr 6, 2)
Pero al callarse siente un fuego interior y habla sin remedio.
¿Nuestras “depresiones” nos apartan del Señor? ¿Sabemos contener nuestra “ira” para hablar con mesura y justicia?

Reflexión sobre la caducidad de la vida
5 Señor, dame a conocer mi fin
y cuál es la medida de mis días,
para que comprenda lo frágil que soy:
6 no me diste más que un palmo de vida,
y mi existencia es como nada ante ti.
Ahí está el hombre: es tan sólo un soplo, Pausa
7 pasa lo mismo que una sombra;
se inquieta por cosas fugaces
y atesora sin saber para quién.
Estos versículo incuyen la palabra Pausa (Selah), que nos invita a detenernos por un momento, para escuchar, mirar y reflexionar. La brevedad de la vida humana aquí nos debería decir algo. En realidad, si esta vida aquí en la tierra fuera todo,
Los creyentes pueden vivir de tal manera en la actualidad que su vida no tenga ningún sentido. Debemos de vivir una vida como creyentes de tal manera que enseñemos a nuestros hijos a seguir a Jesús, y no apartándolos de todos los valores cristianos.
Hay muchos inadaptados que vagan de un lugar a otro sobre la tierra, que han dejado sus hogares y se han metido en problemas a causa de los ejemplos deficientes que han tenido ante ellos. Muchos provienen de los que podríamos considerar, desde un punto de vista exterior, buenos hogares. Pero estos jóvenes han observado que la forma de vida de sus padres no tenía ningún sentido.
Hay tres tiempos en la vida del ser humano, el ayer, hoy y mañana. Con el ayer no podemos hacer nada, el mañana le pertenece a Dios, pero el hoy nos pertenece y depende de nosotros lo que sembremos hoy para tener un mejor mañana, ya que también es un hecho de que nuestra vida es frágil y temporal.
El salmista declaraba su interés en conocer la medida de sus días, en estar consiente que esta vida es temporal y sumamente frágil. La Biblia está llena de metáforas que enseñan lo breve, temporal y transitoria que es la vida, por tanto debemos ser sabios en la forma de cómo vamos a vivir nuestros días, ya que son pocos y por ello es importante las decisiones que tomemos Hoy. La forma de cómo vivamos nuestro hoy determina nuestro mañana
Esta vida solo es un preámbulo de la venidera. Dios nos ha creado para ser eternos y un día a través de la muerte pasaremos a la eternidad, por tal motivo el Señor está interesado en que estemos listos para ese momento. La primera verdad que debemos comprender es que esta vida comparada con la venidera es extremadamente corta por lo que todo lo que planeemos, nuestras prioridades y actos deben estar de acuerdo a este principio. Pero:
¿Cómo debemos establecer nuestras prioridades? ¿Qué aspectos debemos tomar en cuenta para aprovechar esta vida corta? ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Qué es lo que le da significado a la vida?

8 Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda?
Mi esperanza está puesta sólo en ti:
9 líbrame de todas mis maldades,
y no me expongas a la burla de los necios.
Aquí vemos que el salmista recurrió a Dios. Estimado oyente, si usted no deposita en El su esperanza, no encontrará un significado en la vida.
¿Triunfa plenamente la esperanza? Cuanto sigue lo desmentirá: en el contexto su esperanza no es ilimitada por venir de Dios, sino limitada por residir en el hombre. Nuestra petición negativa "líbrame de", así alcanzaremos en paz nuestro destino.
"Librar" es aquí perdonar. El "necio" es un hombre que se cierra a la compasión y agrava con la burla el dolor del prójimo.
¿Cómo es nuestra esperanza? ¿La ponemos en el Señor? ¿Somos capaces de librarnos de nuestras maldades?

Súplica confiada
10 Yo me callo, no me atrevo a abrir la boca,
porque eres tú quien hizo todo esto.

11 Aparta de mí tus golpes:
¡me consumo bajo el peso de tu mano!
12 Tú corriges a los hombres,
castigando sus culpas;
carcomes como la polilla sus tesoros:
un soplo, nada más, es todo hombre. Pausa
"Tus golpes" es interpretación teológica de la enfermedad.
La acción de Dios se muestra aquí enigmática y turbadora. Primero porque el autor es Dios, en una acción desintegradora opuesta a la acción creativa o plasmadora. Segundo, por la comparación animal, que sugiere la lenta y eficaz e irresponsable acción de consumir. Tercero, por el objeto: lo que el hombre desea o lo que hace al hombre deseable, en lo cual parece cebarse el hambre despiadada de Dios.
¿Confiamos en la misericordia del Señor?

13 Escucha, Señor, mi oración;
presta oído a mi clamor;
no seas insensible a mi llanto,
porque soy un huésped en tu casa,
un peregrino, lo mismo que mis padres.
14 No me mires con enojo,
para que pueda alegrarme,
antes que me vaya y ya no exista más.
Es decir que le pidió a Dios que le permitiera vivir su vida en la tierra de manera que hiciera pensar a hombres y mujeres en la eternidad, y que no viviese de una manera que no apartara a las personas de Dios, sino por el contrario, que las acercase a Dios. Y en cuanto a nosotros, ¿está la gente buscando a Dios debido a la forma en que estamos viviendo? O, ¿se están apartando de Dios? Estamos seguros de que nuestras vidas están haciendo una cosa o la otra.
Aquí en esta tierra somos solo peregrinos y extranjeros, pero nosotros no lo consideramos así. Queremos instalarnos en un pequeño rincón aquí en la tierra y pensar que ese lugar será permanente. Queremos rodearnos de una falsa seguridad.
Debemos decir que lo mejor que podemos ser aquí, es ser peregrinos y extranjeros en esta tierra, y así es con esa actitud que deberíamos vivir nuestra vida. Estamos en un viaje y esperamos una ciudad cuyo arquitecto y constructor es Dios.
¡Qué bueno es tener esa esperanza en el presente! Nuestra esperanza está en el Señor
¿Atribuimos nuestra incapacidad para escuchar al Señor un silencio por su parte? ¿Comprendemos que el Padre tiene una permanente e irrevocable decisión de liberar y potenciar al ser humano?