03/10/2023 El espíritu de poder está siempre ahí, en el corazón de los hombres. ¿Es de ese modo, como nosotros nos imaginamos el comportamiento de Dios?

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 03 OCTUBRE 2023

El espíritu de poder está siempre ahí, en el corazón de los hombres.

¿Es de ese modo, como nosotros nos imaginamos el comportamiento de Dios?“Queremos ir con vosotros, pues hemos oído que Dios está con vosotros”. Una petición de lo más razonable que podamos encontrar. Uno de nuestros refranes dice. “El que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija”. Sabemos que tiene una interpretación recta. El que se acerca a alguien bueno, honrado le ayudará a ser bueno, honrado, le ayudará a vivir la vida como “Dios manda”. Tiene otra interpretación no tan recta: El que se acerca alguien poderoso, rico en dinero e influencias, le puede ayudar con buenos medios o no tan buenos, a encontrar un buen trabajo, a escalar puestos en nuestra sociedad.

Entendemos lo que dice la primera lectura del profeta Zacarías, ya en el Antiguo Testamento. ¿Cómo no desear estar cerca de Dios, del Dios Omnipotente, Creador del cielo y tierra? Pero nosotros que vivimos en el Nuevo Testamento y, gracias a Jesús, conocemos más a fondo a Dios, el que nos quiere tanto que se nos ha adelanto a estar con nosotros, enviando a su propio Hijo a nuestra tierra para estar con nosotros y echarnos una mano, el que nos ama hasta el extremo, el que no busca más que nuestro bien, el que tiene mucho poder y lo emplea para amarnos, el que ha desgastado su vida en favor nuestro para indicarnos el camino que conduce a la felicidad y a la vida y vida abundante, el que cada día nos habla, nos ofrece su palabra, su cuerpo entregado y su sangre derramada, el que nos espera al final de nuestra vida para resucitarnos e invitarnos para siempre al banquete de su amor y regalarnos la felicidad total. Cómo no vamos a desear estar de Él y permanecer para siempre en la amistad con Jesús, el Hijo de Dios.
Primera lectura Za 8,20-23
Globalidad, pero en el Reino de Dios; ¡una gran diferencia
Vendrán pueblos incontables a visitar al Señor en Jerusalén.
Así dice el Señor del universo: Todavía vendrán pueblos y habitantes de grandes ciudades, y los de una ciudad irán a otra diciendo: Vayamos a implorar al Señor, a consultar al Señor del Universo. Yo también voy contigo. Y vendrán pueblos incontables y numerosas naciones a consultar al Señor del universo en Jerusalén y a implorar su protección. Así dice el Señor del Universo: Aquel día diez hombres de cada lengua extranjera agarrarán a un judío por la orla del manto, diciendo: Queremos ir con vosotros, pues hemos oído que Dios está con vosotros.
Israel aspiraba a la universalidad y lo manifestaba con ilusión.
Nuestra vida cristiana, ¿hace también reflexionar a nuestros contemporáneos? ¿Manifiestan éstos deseos de saber el secreto que nos anima?
En lo más profundo de nuestras vidas, ¿hay una alegría que les intriga? Y en nuestros corazones ¿hay un amor universal, humanamente inexplicable?

Habiendo Dios escogido a Israel como Pueblo suyo y ovejas de su rebaño, el Señor mismo lo convierte en signo de salvación para todos los pueblos. Esa salvación no se limita a las naciones que, por lo menos, no hayan sido totalmente hostiles a Dios y a su Pueblo, sino que está abierta incluso a quienes les hicieron daño y les persiguieron como Egipto y Babilonia. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad, para que seamos libres, hijos y no esclavos.
Sal 87,1-3.4-5.6-7
La misericordia del Señor debe de impulsarnos a su seguimiento
Dios está con nosotros.
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles,
filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.»
Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Este ha nacido allí.» Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»
Sé, Señor, que sin tu permanente escucha, sin tu permanente atención a mi vida poco puedo hacer, poco soy
Te ruego, Señor, que escuches mi oración, que tu escucha me lleva por el camino que tu Hijo tan claramente me ha marcado, que la fe, mi confianza en tu presencia en mi vida me llevará a la alegría y a la felicidad, así como a la felicidad de los que me rodean.
Haz, Señor, que sepa vivir notando la presencia de tu Espíritu en mi corazón, sintiendo tu fidelidad, sabiendo que vas a mi lado
Te ruego que sepa vivir en la alegría y la verdad, la paz y el dominio de mi mismo, la generosidad y la caridad, la mansedumbre y la fidelidad, con todos esos carismas que tu Espíritu otorga a los que te aman.
Te alabo y te bendigo, Señor, por tu misericordia que siempre me acompaña

Jesús ha predicado su buena noticia en Galilea. Y como dice el texto “cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo”, es decir, el tiempo de su ascensión, se decide resueltamente a ir a Jerusalén, intuyendo que la predicación de su evangelio, y su fidelidad a todo lo predicado y vivido, le iba a llevar al rechazo de muchos de su pueblo, hasta el punto de que le iban a clavar en una cruz. Lo hace confiando plenamente en su Padre, “Padre sé que nunca me dejas solo”, que cumplirá su palabra, no le abandonará y le resucitará al tercer día. Su fidelidad al encargo de su Padre de predicar su buena noticia le va a llevar hasta el final, pase lo que pase.
En esta fidelidad al mensaje que ha venido a enseñarnos, hay que interpretar lo sucedido en una aldea de Samaria, donde es rechazado. No va a mandar fuego sobre esa aldea, como le piden Santiago y Juan, porque no ha venido a este mundo a condenar, a abrasar, a perder a los hombres, sino a salvarlos...
Evangelio Lc 9,51-56
El espíritu de Jesús es un espíritu de no violencia, de misericordia
Tomó la decisión de ir a Jerusalén.
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos? El se volvió y les regañó, y dijo: No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos. Y se marcharon a otra aldea.
El Evangelio también habla de disponibilidad y libertad; disponibilidad para seguir a Jesús, sin poner excusas. “El que pone su mano en el arado y mira hacia atrás no sirve para el Reino de Dios”. Hay que ejercer nuestra libertad y seguir al Señor cuando nos lo pida.
Si tenemos experiencia de fe, es decir, experiencia de la Palabra de Dios en los acontecimientos de nuestra vida, El nos irá guiando, y es posible que nos pida algo que de momento no entendemos.
Pero somos conscientes de aquello que dice Pablo: “Sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman” (Rm 8, 28).
Este convencimiento nos dará la libertad y disponibilidad precisas para vivir nuestro seguimiento de Cristo en plenitud y con alegría
¿Recibimos al Señor en nuestra “casa”, es decir, atendemos a aquellos que nos necesitan... en tiempo, en cariño, en economía...? ¿Somos cristianos a medias? ¿Hacemos “algunas cosillas” pero seguimos en un vida “cómoda”?

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE?: Es nuestro testimonio cristiano muestra de los dones del Espíritu Santo, nuestra alegría, nuestra fidelidad, caridad, paciencia..., el que de verdad evangeliza a los que no creen en un Dios Padre misericordioso y fiel. Le escucha de la Palabra y la oración son nuestros medios para poder acceder a ese testimonio. Esto nos ayudará en ese, muchas veces duro, camino hacia eso que los salmos llaman con frecuencia la Jerusalén celestial, nos ayudará en ese permanente camino de conversión que el cristiano está recorriendo constantemente en su vida en y hacia el Padre.

¿QUÉ NOS DICE?: Nuestra vida cristiana, ¿hace también reflexionar a nuestros contemporáneos? ¿Manifiestan estos deseos de saber el secreto que nos anima? En lo más profundo de nuestras vidas, ¿hay una alegría que les intriga? Y en nuestros corazones ¿hay un amor universal, humanamente inexplicable? ¿Cómo anda nuestra conversión? ¿Caminamos en presencia del Señor?

LA ORACIÓN: Te rogamos, Señor, que sepamos caminar por la vida en tu presencia, animados por la escucha de tu Palabra y ejerciendo con humildad y constancia nuestra labor de evangelización, de conversión a Ti del mundo que nos rodea. Te lo pedimos, Señor.

Encíclica POPULORUM PROGRESSIO del Papa PABLO VI sobre LA NECESIDAD DE PROMOVER EL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS
Colonización y colonialismo
7. Ante la amplitud y la urgencia de la labor que hay que llevar a cabo, disponemos de medios heredados del pasado, aun cuando son insuficientes. Ciertamente hay que reconocer que las potencias coloniales con frecuencia han perseguido su propio interés, su poder o su gloria, y que al retirarse, a veces, han dejado una situación económica vulnerable, ligada, por ejemplo, al monocultivo, cuyo rendimiento económico está sometido a bruscas y amplias variaciones. Pero aun reconociendo los errores de un cierto tipo de colonialismo y de sus consecuencias, es necesario al mismo tiempo rendir homenaje a las cualidades y a las realizaciones de los colonizadores, que en tantas regiones abandonadas han aportado su ciencia y su técnica, dejando preciosos frutos de su presencia. Por incompletas que sean, las estructuras establecidas permanecen y han hecho retroceder la ignorancia y la enfermedad, establecido comunicaciones beneficiosas y mejorado las condiciones de vida.



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