El profeta Amós

 

 AMÓS, EL PROFETA REIVINDICADOR DE JUSTICIA
El hombre profeta
Dice H.W. Wolf que “quien quiera conocer a un profeta, debe leer a Amós”.
Amós era un campesino de Tecoá, pequeña población situada a unos veinte kilómetros al sur de Jerusalén (1, 1; 7, 14). Pero la dura vida del campo no le impidió adquirir una cultura poco común en su tiempo. Él conoce los hechos más relevantes de la historia de su pueblo y está perfectamente al tanto de todo lo que ocurre en el reino de Israel. Posee una vasta información sobre los acontecimientos de su época y presiente el avance de Asiria hacia el oeste
Hombre de campo, dejó tierras y profesión para proclamar un mensaje perturbador, audaz y provocativo, como buen profeta de su tiempo, siempre abogados de una religión interior y ética, frente a la religión ritualista, impulsores de una religión profética frente a la religión popular.
Su escritura es directa y significativa, convincente y estremecedora en su profundidad.
Nacido en el Reino del Sur, Dios lo saca de “detrás de su rebaño” y lo envía al Reino del Norte, Israel; de vaquero y agricultor, el Señor lo convierte en su testigo y reivindicador de justicia para los oprimidos.

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La Parroquia: Comunidad viva

LA  PARROQUIA: O ES COMUNIDAD VIVA O NO ES NADA

 

-             Introducción

-             La Comunidad de Jesús

-             Las primeras comunidades

-             Las comunidades de Pablo

-             Aparición de las Parroquias

-             La Parroquia en el Concilio Vaticano II

-             El devenir de la Iglesia

-             Pero, ¿qué es una comunidad viva?

-             La Parroquia y la Nueva Evangelización

 

Introducción

El espíritu cristiano tiene, al menos en el pueblo español, una base imprescindible en la red de Parroquias existentes. Claro que estas Parroquias no pueden consistir únicamente en un ente dedicado a “dar servicios”, como, desgraciadamente, parece que pasa en muchos casos, sino que deben ser “casa de todos”, y especialmente de los más necesitados.

La Liturgia y los Sacramentos tienen una gran importancia para el cristiano, es nuestro modo de celebrar lo que creemos, pero siempre en función de su capacidad de crear comunidad, de unir voluntades, de crear amistad y solidaridad, no solo en el aspecto económico, sino también en el del uso del tiempo disponible para la atención a otros. Y en todo esto, la Palabra del Señor tiene que estar presente, porque es la única que puede llenar nuestro corazón, y sólo un corazón lleno puede compartir la vida, que es lo que Jesús vino a enseñarnos con su Buena Nueva, proclamando su Reino, del que la Parroquia debe ser total reflejo.

Así pues, en la conciencia de todo cristiano debe tener lugar un permanente examen, no sólo de lo que él hace “por su cuenta”, sino también de cómo contribuye a formar comunidad en su Parroquia y asegurar que todos reciben atención.

La Jerarquía tiene igual responsabilidad; los párrocos no pueden sentirse simplemente “jefes” de la Parroquia, sino unos servidores más, con una muy especial sensibilidad hacia todos los habitantes de la misma, despertando la participación de los seglares hasta formar un equipo con capacidad de organización para que el Reino de Jesús llegue a todos, y que la celebración de los Sacramentos, muy en especial la Eucaristía, sea una verdadera celebración, alegre, compartida y sentida de verdad.

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Breve historia del pueblo de Israel

Breve historia del pueblo israelita del

Antiguo Testamento

Introducción

Muchas veces encontramos amigos o conocidos que tienen cierta prevención a la lectura del Antiguo Testamento, en parte por aparente aridez, en parte por cierto ¿miedo? de encontrarse con un Dios terrible, un Dios con decisiones arbitrarias; a esa prevención también contribuye la imaginada vejez de su contenido y lo poco que en las homilías se explica.

En todo caso, el Antiguo Testamento es el lento proceso de una conciencia religiosa, el tremendo esfuerzo de humanización de todo un pueblo. Una a una fueron cayendo las deformaciones para ir dejando espacio a la verdadera y salvadora presencia de Dios.

La intención es recorrer la historia de Israel y la maravillosa presencia de Dios acompañando a este pueblo escogido a lo largo de la Ley y los Profetas, lo cual nos llevará a analizar los diversos libros de que se compone.

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El libro del DEUTERONOMIO

EL LIBRO DEL DEUTERONOMIO

1- ¿Qué es?

DEUTERONOMIO es una palabra de origen griego, que significa "segunda ley". Tal designación expresa sólo en parte el contenido del quinto libro del Pentateuco, ya que este, más que un código de leyes en sentido estricto, es una larga y vibrante exhortación destinada a "recordar" a Israel el sentido y las exigencias de la Alianza. De allí que las prescripciones concretas estén siempre acompañadas de advertencias y reproches, de promesas y amenazas. Es el primer intento de unificar mandamientos y costumbres y dar a Israel la Ley en la que encontraría la vida. Quizá hoy la llamaríamos una Constitución

2. - ¿Cómo está estructurado?

El Deuteronomio está estructurado como una serie de discursos dirigidos supuestamente por Moisés a los israelitas antes de su entrada en Canaán. Esta forma literaria se explica por las circunstancias que dieron origen a la composición del Libro. Desde tiempos muy antiguos, los sacerdotes levíticos prolongaron la actividad de Moisés, proclamando solemnemente en las celebraciones litúrgicas la Alianza del Señor con su Pueblo elegido. En estas celebraciones, ellos no se limitaban a repetir una Ley fijada para siempre, sino que la completaban y actualizaban, a fin de responder a nuevas situaciones y necesidades. Así las leyes contenidas en los códigos tradicionales de Israel se vieron enriquecidas con elementos originales de importancia, que luego quedaron consignados en la legislación deuteronómica.
Primero rememora las peripecias y sinsabores de la prolongada permanencia en el desierto en forma de discursos en boca de Moisés, anunciándolas como: Estas son las palabras que dijo Moisés a todo Israel, al otro lado del Jordán en el desierto. Permite a Israel superar el pecado de la primera generación y preparar a la segunda generación para la entrada en la tierra que mana leche y miel.

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Trinidad

AL  PADRE  POR  EL  HIJO  EN  UN  MISMO  ESPÍRITU

(La Trinidad)

 

Introducción

El objetivo final de esta catequesis es el hacernos reflexionar sobre la figura (dogmática) de la Trinidad, como tres personas distintas y un solo Dios verdadero, o si, realmente la fe y lo que las Escrituras nos dicen pueden llevarnos a la conclusión de que vamos caminando hacia Dios Padre por medio de su Hijo y llevados por un mismo Espíritu.

Realmente es un punto importante de nuestra fe, siempre que en todo ello veamos la mano de Dios para inclinarnos hacia una acción comunitaria a favor de los pobres, marginados y desvalidos, y no para meternos en disquisiciones teológicas, que, a mi modo de ver, son menos importantes, y para las que yo, al menos, no estoy preparado.

Con este pequeño razonamiento me he metido a tratar de ahondar en este teológicamente difícil tema, aportando el honrado estudio y, al mismo tiempo, el atrevimiento propio de una experiencia limitada, pero también un punto de vista de un seglar corriente y vulgar, como aportación a la reflexión de otros seglares, con mayores o menores conocimientos, pero con la experiencia de fe en un Dios misericordioso que quiere darnos su Amor.

 

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El libro de Daniel

Indice del artículo
El Libro de Daniel
¿Quien era Daniel?
¿En qué contexto se mueve el libro de Daniel?
¿Cómo es el libro de Daniel?
¿Qué objetivos tiene?
¿Qué contiene?

El Libro de Daniel está inmerso en la aventura de los Macabeos, su sublevación, su fe y sus oraciones, así como la tradición y novedad de la teología judía y las cuestiones de proximidad con la doctrina católica. Esto lo tenemos en los dos libros de los Macabeos

El profeta Daniel podría estar con los israelitas del exilio y ejercer la profecía de los hechos futuros, o ser contemporáneo de los Macabeos y narrador de los hechos acaecidos. En todo caso teniendo en cuenta la mano deDios en los hechos.

 

EL LIBRO DE DANIEL

 

1- ¿Quién era Daniel?

El nombre “Daniel” significa “Dios es mi juez”

Nuestro ya amigo Ezequiel nos dice: “Imagínate que en ese país se encuentren Noé, Daniel y Job. Pues bien, lo digo yo, esos tres hombres salvarían su vida debido a su justicia, palabra deYahvé” (14, 14).

Esto parece querer indicar que Daniel, no nombrado antes en la Biblia, podría ser un contemporáneo de Ezequiel viviendo en Babilonia en el tiempo del exilio, y que escribió su libro en esa época aunque no aparece hasta el año 165 a.C. Sin embargo, el Daniel citado se dice que es un famoso sabio al que se le atribuye el libro de su nombre.


2. - ¿En que contexto se mueve el libro de Daniel?

Daniel es un gran profeta que supo predecir los grandes imperios que dominarían la tierra; otros dicen que esto no es así y que Daniel lo escribió en el segundo siglo antes de Cristo, con La gran discusión sobre el libro de Daniel atañe a la época en que fue escrito. Unos dicen que narración del comportamiento de los grandes imperios.

Creo que es una discusión en que no podemos, ni nos interesa meternos.

Sin embargo, si podemos situar el momento histórico en el que aparece el libro. A la muerte de Alejandro Magno, el imperio griego (o macedonio) se divide entre sus generales. Los libros de los Macabeos nos describen las luchas que inciden sobre los israelitas, de esos generales, sus conquistas y la forma en que quieren dirigir los países conquistados

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El Templo

EL TEMPLO: HOGAR DE COMUNIDADES VIVAS

Introducción

“Dijo Dios”, leemos en el primer capítulo del Génesis; el Universo es un inmenso Templo en el que Dios nos habla a unas personas a las que crea; es un Templo abierto, universal y el Señor se dispone a acompañarnos.

Entre el pueblo judío, el significado del Templo sobrepasa una mera significación de lugar de culto, para convertirse en la estructura general de toda relación auténticamente religiosa en un Estado teocrático

Los comienzos

Los primeros habitantes hablan libremente con Yahvé; Adán, Eva, Caín, Noé…, integran a Dios en su historia, sin intentar reducirlo a un lugar determinado.  No hay templos. Sólo Noé se siente obligado a construir a Yahvé un altar (Gn 8, 20) para ofrecerle un sacrificio de animales en la reconciliación del Señor con los seres vivientes, después del diluvio. Es la primera alianza rubricada por el arco iris: “Dijo Dios ` Pongo mi arco en las nubes para que sea una señal de mi alianza con toda la tierra”.

Inicialmente Israel ve la presencia de Yahvé acompañando y dirigiendo su historia. Es así con el primer Patriarca, Abraham (inicialmente Abram), que obedeciendo a la Palabra del Señor, emprende su marcha nómada: “Deja tu país, a los de tu raza y a la familia de tu padre, y anda a la tierra que yo te mostraré”. Empieza la larga marcha hacia la Tierra Prometida, iniciando la historia del pueblo elegido por Dios, y al final también nuestra historia de pueblo cristiano.

Como sabemos, esta historia se prolonga con Isaac, Jacob y sus doce hijos que forman las tribus de Jacob (Israel); en un momento de la historia, una larga temporada de hambruna, estas gentes buscan mitigar su hambre en Egipto.

En esta prehistoria, no  hay templos; con Abraham aparecen  altares en Gn 12, 7. 13, 18 y con Isaac en Gn 26, 25, pero no hay otras trazas de lugar sagrado permanente, signo de la presencia divina, que, repito, el pueblo  lleva imbuido en su historia.

 

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