09/07/2024 La Iglesia se juega la credibilidad de su misión en la opción preferencial por el oprimido

¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 09 JULIO 2024
La Iglesia se juega la credibilidad de su misión en la opción preferencial por el oprimido

El profeta es un centinela. Oseas condena a esos reyes que no quiso Dios, sino que se tomaron el poder. Solamente los hijos de David, en el sur, eran los elegidos de Dios. Además, nunca se preocuparon por ser los representantes de Dios frente a su pueblo ni de cumplir sus planes.
Luego viene la condenación de los becerros de oro instalados en Betel para honrar a Yahvé. Así, contrapone el culto, realmente los animales ofrecidos en sacrificio en los santuarios, a la observancia de la Ley. El culto constituía el negocio de los sacerdotes; Oseas es uno de ellos, y les recuerda que su obligación esencial es enseñar la Ley.
Es curioso cómo el ser humano les da carácter sagrado a cosas insignificantes y reduce lo sagrado a lo material. Hay un pacto social para que esto sea así. Se forja una nueva cultura. De alguna manera se antepone los intereses personales y políticos a un religarse a Dios con libertad. El profeta concluye que puesto que siembran viento cosecharán tempestades.
También el profeta Oseas se pregunta cuando el pueblo logrará su inocencia. El profeta debe hablar contra el templo y su símbolo, el becerro, porque las autoridades que lo administran, los sacerdotes, ejercen un influjo ilegítimo en la vida política del país, constituyendo autoridades y estableciendo pactos. Los ídolos no son Dios, aunque lo hayan hecho artesanos. No son inocentes los que por ignorancia se dejan llevar por la moda, la desidia o la pereza de no conocer a Dios
Primera lectura Os 8,4-7.11-13
No hay escapatoria para un pueblo que ha rehusado de mil maneras la propuesta de cómo conducirse
Siembran viento y cosechan tempestades.
Así dice el Señor: Se nombraron un rey en Israel sin contar conmigo, se nombraron príncipes sin pedirme consejo. Con su plata y su oro se hacían ídolos para hundirse. Tu toro, Samaría, es abominable, contra ellos arde mi cólera. ¿Hasta cuándo no podréis ser limpios, hijos de Israel? Un escultor lo hizo, y no es Dios. Se romperá en pedazos el toro de Samaría. Siembran vientos y cosechan tempestades. No brotan tallos las espigas no tienen harina, y, si la diesen, la comerían extraños. Efraín multiplicó sus altares para pecar, para pecar le sirvieron sus altares. Cuando les escribía mi doctrina, la consideraban extraña. Que sacrifiquen sus víctimas y se coman la carne, que al Señor no le agradan. Recordará sus iniquidades, castigará sus pecados, volverán a Egipto.
El Señor “se queja” de que Israel nombra reyes fuera de la línea de David, que sí se mantenía en el reino del Sur. Son, además, unos reyes que nunca se preocuparon de ser los representantes de Dios frente a su pueblo ni de cumplir sus planes.
Como en la lectura de ayer, el profeta habla en nombre de Dios para condenar la contaminación de la religión auténtica por la idolatría: el estricto monoteísmo -un solo Dios- poco a poco ha ido acomodándose a prácticas paganas. Por el hecho de vivir entre poblaciones cananeas los hebreos consienten en que se vayan introduciendo elementos del culto de Baal.
Si dejamos aparte las cuestiones de una civilización distinta leyendo al profeta Oseas, encontramos uno de los problemas de nuestro tiempo: la contaminación de la fe auténtica por el materialismo ambiental. El poder, el dinero, la sexualidad. Ídolos actuales, y, al mismo tiempo, ilusorios incapaces de satisfacer nuestra profunda hambre de felicidad.
Porque, como dice el comentarista estadounidense Will Rogers, "El placer forma parte de nuestro tiempo. Estamos "diseñados" para buscar el placer y evitar el dolor que está escrito en nuestro ADN. Pero el placer crea adición. Tenemos que comprar más, beber más, comer más, para empujar la barra de la trasgresión cada vez más. ¿Qué nos dio placer ayer y hoy nos aburrimos? Lo que nos entusiasmó ayer, hoy nos es indiferente. El placer es inmediato y no habría que construirlo.
Pero la sensación de placer es siempre un fin y como amante rencoroso nos deja desnudos y aturdidos. Presionados por los remordimientos, con la intención de cambiar la vida: el cambio de hábitos y... por lo menos hasta el próximo momento de placer.
Pero la paradoja es que la búsqueda de la verdadera felicidad poco o nada tiene que ver con la búsqueda del placer. Si las fuerzas que nos da el placer de añadir continuamente cosas que no necesitamos, la felicidad, por el contrario, se alimenta de "esencialidad".
La felicidad es agua que nos refresca. Cuando nos sumergimos en la felicidad percibimos la realidad de manera diferente y nos libramos de la ansiedad de perseguir el placer.
La felicidad nunca es de fácil acceso y, a menudo debemos pagar el precio de la "autodisciplina y la fuerza de voluntad". La felicidad no se compra, pero hay que ganarla. La felicidad nunca es inmediata, pero se puede apreciar los frutos ya en el camino. La motivación, la Auto-disciplina y la fuerza de voluntad son excelentes herramientas para lograr nuestras metas y la felicidad.”
Había sido liberado de la esclavitud de Egipto para esta misión: si no desempeña su papel, «volverá a la esclavitud». De hecho, por su manera de vivir, ya esté en ella. El culto es una parodia de fe si no va acompañado por la práctica del bien. Las discrepancias entre el culto y la vida son provocativas

Parece que Jesús cantó este hermoso Salmo en su Última Cena, dando gracias al Padre.
Salmo 115, 3 – 10
El Dios que nos creó nos hizo a su imagen y semejanza
Israel confía en el Señor.
Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas.
Tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen,
tienen nariz y no huelen.
Tienen manos y no tocan,
tienen pies y no andan.
Que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Israel confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo;
la casa de Aarón confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
Te rogamos, Señor, que seamos capaces de distinguir esos dioses en los que buscamos placer, de tu gloria y fidelidad, que siempre nos espera con la felicidad en las manos
Ciegos, a veces nos metemos en el reino fugaz y falaz de esos ídolos que realmente solo pueden dar un placer pasajero, lleno de remordimientos posteriores y ausente de verdadero amor que solamente en Ti podemos encontrar
Tenemos que confiar en el Señor, buscarlo y encontrarlo en la escucha de su Palabra, en el fructífero diálogo con Él
Porque no hay nada en el mundo que proporcione la felicidad de estar en su Reino, en la fe en su Palabra, la esperanza de la culminación de nuestra vida a su lado y el amor a todos los que nos rodean.

Siempre que alguien hace el bien, hay otro que ensombrece su quehacer y su persona. Si alguien brilla con luz propia, alguien aparece con su sombra de celotipia para oscurecerla. Pero eso, no puede abocarnos a una sola mirada. Se necesita trascender las sombras para ver el bien que se nos ha mostrado. Es lo que le pasa a Jesús en este evangelio de Mateo.
Jesús cura a un endemoniado que es mudo, lo libera de su demonio, y comienza hablar. Porque la experiencia de liberación no puede hacer callar la acción de salvación que Jesús obra en su vida. Ha de comenzar el testimonio. Uno no queda igual, cuando siente la experiencia de liberación en un encuentro con Jesús.
Mientras la gente admiraba a Jesús por hacer el bien y liberar a la gente, los fariseos hacían de hermanos de las sombras, ensombreciendo la labor de Jesús. “Ese echa los demonios con el poder del jefe de los demonios”.
Pero eso no detuvo a Jesús. El texto hace contrastar la inoperancia de los fariseos frente a la acción Evangelizadora de Jesús predicando el Reino, curando todas las enfermedades y dolencias. Porque se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas como ovejas sin pastor. Y ese es el peligro al que se enfrenta cada creyente, porque en tiempo de escasez, de desorientación y crisis podemos caer en la desidia y abandono de toda acción salvífica que a través de nosotros Dios puede realizar. Podemos caer en la no disponibilidad y cerrar nuestras puertas de libertad para que Dios nos muestre como instrumento de liberación. No podemos mirar a la gente extenuada y abandonada y quedarnos en la indiferencia. Dios nos pide colaboración.
La acción de Jesús le lleva a pedir la oración a Dios a todos los que le siguen, una llamada a volver a Dios nuestra mirada, para que mande más trabajadores para su mies.
Evangelio Mt 9,32-38
Los destinatarios de la misericordia de Jesús son los marginados por la sociedad
La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos.
En aquel tiempo, llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el mudo habló. La gente decía admirada: Nunca se ha visto en Israel cosa igual. En cambio, los fariseos decían: Este echa los demonios con el poder del jefe de los demonios. Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor». Entonces dijo a sus discípulos: La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.
Lo que impresiona en la actitud de Jesús es el cuidado y el cariño con las personas enfermas. Las enfermedades eran muchas y no solo corporales: mudez, parálisis, lepra, ceguera y muchos otros males.
En el fondo, estos males eran apenas una manifestación de un mal mucho más amplio y más profundo que arruinaba la salud de la gente, a saber, el abandono total y el estado deprimente y no humano en que se veía obligada a vivir.
Las actividades y las curaciones de Jesús se dirigían no sólo contra las deficiencias corporales, sino también y sobre todo contra ese mal mayor del abandono material y espiritual en que la gente se veía obligada a pasar los pocos años de su vida. Pues, además de la explotación económica que robaba la mitad de los ingresos familiares, la religión oficial de la época, en vez de ayudar a la gente a encontrar en Dios la fuerza y a tener esperanza, enseñaba que las enfermedades eran un castigo de Dios por el pecado.
Aumentaba en la gente el sentimiento de exclusión y de condena. Jesús hacía lo contrario. La acogida llena de ternura y la curación de los enfermos formaban parte del esfuerzo más amplio para rehacer la relación humana entre las personas y reestablecer la convivencia comunitaria en los poblados y en las aldeas de su tierra, Galilea.
A veces tenemos sensaciones parecidas en nuestras parroquia, con una homilías que, mas que calarnos con el amor de nuestro Padre, nos recalcan nuestras faltas.
Y en la cuestión política también está la impresión de que el “de arriba” se aprovecha de los trabajadores que tiene, pagando lo menos posible y ganando lo más posible. ¿No sería posible seguir lo que Jesús, con tanto cariño, vino a enseñarnos?
Pero, no “echemos balones fuera”, nosotros somos los trabajadores a los que alude Jesús. Y estadísticamente dicen que hay muchos católicos... ¿lo contarán por los que van a Misa?... pero y después...

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE?: Confundimos con frecuencia placer con felicidad, libertinaje con libertad; o quizá queremos confundirlos en deseo interesado de seguir con una vida que nos parece más interesante. Pero la vida “interesante” del cristiano no parece pasar por la colaboración con lo que Jesús nos dice.

¿QUÉ NOS DICE?: ¿Gozamos realmente de libertad o nuestro afán de placer nos tiene esclavizados, fuera de la salvación, de la felicidad que el Señor nos ofrece con continuidad? ¿Somos consecuentes entre nuestro culto y la vida “fuera del templo”?

LA ORACIÓN.- Te ofrecemos, Señor, los deseos y proyectos de nuestra jornada: dígnate aceptarlos y bendecirlos como primicia de nuestro día. Concédenos crecer hoy en tu amor, a fin de que todo sirva para nuestro bien y el de nuestros hermanos y haz, Señor, que el ejemplo de nuestra vida resplandezca como una luz ante los hombres, para que todos den gloria al Padre que está en los cielos. Te lo pedimos, Señor

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA LAUDATE DEUM DEL SANTO PADRE
FRANCISCO A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD
SOBRE LA CRISIS CLIMÁTICA
1. «Alaben a Dios por todas sus criaturas». Esta era la invitación que hacía san Francisco de Asís con su vida, con sus cánticos, con sus gestos. Así recogía la propuesta de los salmos de la Biblia y reproducía la sensibilidad de Jesús ante las criaturas de su Padre: «Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos» (Mt 6,28-29). «¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos» (Lc 12,6). ¡Cómo no admirar esta ternura de Jesús ante todos los seres que nos acompañan en el camino!



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