11/07/2024 En la vida cotidiana, el sabio debe mantener una actitud de discernimiento sobre lo que es recto, justo y adecuado

 ¡BUENOS DÍAS NOS DÉ DIOS! 11 JULIO 2024
En la vida cotidiana, el sabio debe mantener una actitud de discernimiento sobre lo que es recto, justo y adecuado
Primera lectura Pr 2,1-9
La sabiduría no es fruto del esfuerzo personal, sino un don de Dios
Presta atención a la prudencia.
Hijo mío, si escuchas mis palabras y no olvidas mis consejos; si prestas oído a la sabiduría y atención a la prudencia; si invocas a la inteligencia y le haces caso a la sensatez; si procuras todo esto como procuras el dinero y lo buscas como un tesoro, entonces comprenderás lo que significa el temor del Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor es quien da la sabiduría y de su boca proceden el saber y la inteligencia. El atesora los aciertos para los hombres justos y es un escudo para los hombres de conducta intachable; él protege a los que cumplen con su deber y cuida en su camino al hombre bueno. Teniendo presente esto comprenderás lo que es justo y debido, y todas las cosas que son convenientes y buenas.
La llamada literatura sapiencial de la Biblia es la Palabra de Dios de un tipo diferente al profético, que trata de iluminar nuestra existencia desde otros puntos de vista
Esta literatura, a la cual pertenece el libro de los Proverbios, ya no habla sobre el destino del pueblo de Dios, sino que trata de exponer los caminos que se ofrecen al hombre en busca de su superación personal en todos los sentidos de la palabra.
Así, la primera parte de la lectura de hoy es, verdaderamente, todo un proyecto de vida. La escucha de la Palabra de Dios y seguir los consejos que ella entraña, es camino directo a la salvación y, por tanto, a la felicidad; porque justicia y paz se derivarán entonces de nuestro entorno, como arco iris que anuncia el triunfo de la bondad
Sabiduría y prudencia, inteligencia y sensatez, van, ciertamente, muy unidas, y si las hemos derivado de la Palabra del Señor no cabe duda de que harán de la persona una fuente de testimonio preciso y adecuado, de la cual buscarán consejo otras muchas.
Y la segunda parte de la lectura, confirma lo dicho: en el Señor encontraremos siempre una fuente de protección en nuestro camino, sentido de la justicia, de la bondad y misericordia.

Salmo 34,2-3.4-5.6-7.8-9.10-11
La enseñanza fluye de la experiencia. Se convierte en «sabiduría», cuando se experimenta el cuidado de Dios
Bendigo al Señor en todo momento.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.
Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada.
¿Practicamos, sabemos practicar, la oración de bendición y alabanza del Señor? Porque esa bendición y alabanza el Señor siempre la hará redundar en nosotros, y, más especialmente, en lo más humildes y necesitados
Porque esa oración nos hará más conscientes de la bondad y misericordia del Señor, y transformará nuestros corazones en el mismo sentido, moviendo nuestra acción hacia aquellos que necesitan de nosotros
Ya lo decía la primera lectura: le escucha del Señor es fuente de sabiduría; el salmo lo repite: la consulta al Señor encuentra respuesta y consuelo
La contemplación es el vértice de la oración; por supuesto no origina vergüenza, sino valentía en la misión que el Señor nos tiene encomendada, de proclamar su Reino y llevarlo a nuestro prójimo
“Gustad y ved que bueno es el Señor”, es una de las frases más bonitas, más significativas de todo el Antiguo Testamento; su acogida de brazos abiertos debe de formar parte de nuestra experiencia de fe

Evangelio Mt 19,27-29
Los discípulo lo han dejado todo y han seguido a Jesús; por eso, su recompensa será la plenitud de la vida, anticipada ya en la vida presente.
Vosotros, los que me habéis seguido, recibiréis cien veces más.
En aquel tiempo, Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: «Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?» Jesús le dijo: «Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».
¿Es duro escuchar a Pedro “pidiendo” recompensa a Jesús? ¿Lo estamos esperando nosotros cuando nos parece que obramos bien?
Es claro que la esperanza es algo distinto; es parte de la fe y nos lleva al amor, sin estar pensando en recompensas “parciales”, aunque las tres virtudes juntas ya son, de por sí, una gran recompensa: salvación y, su sinónimo, felicidad.
La otra vertiente está también en la expresión de Pedro: “... lo hemos dejado todo”; ¿dejamos nosotros algo? ¿... aunque sea solamente un poco de nuestro tiempo... de nuestro dinero... de nuestra alegría... de nuestra amistad?. ¿No? ... Entonces, ¿porqué la esperanza?
La promesa de Jesús está clara, es precisa y puede llenar nuestro corazón. ¡Ánimo, pues!

LA MEDITACIÓN, ¿QUÉ DICE?: La liturgia de hoy tiene la acogida del Señor como pauta. Proverbios nos marca el camino, el salmo nos invita a explorar la bondad del Señor y en el Evangelio Jesús nos deja ver nuestra recompensa futura. Meditemos y contemplemos el glorioso panorama

¿QUÉ NOS DICE?: ¿Confiamos en la sabiduría del Señor? ¿Sentimos la bondad del Señor en nuestra vida? ¿Entregamos algo de nosotros a los demás?

LA ORACIÓN. - Señor Jesús, que quieres que seamos la sal de la tierra y la luz del mundo, ilumina nuestras vidas con tu propia luz. Y Tú que viniste al mundo para servir, y no para que te sirvieran, haz que sepamos servirte a ti y a nuestros hermanos con humildad. Te lo pedimos, Señor

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA LAUDATE DEUM DEL SANTO PADRE
FRANCISCO A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD
SOBRE LA CRISIS CLIMÁTICA
3. Es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana. Los obispos de Estados Unidos manifestaron muy bien el sentido social de nuestra preocupación por el cambio climático que va más allá de un planteo meramente ecológico, porque «nuestro cuidado mutuo y nuestro cuidado de la tierra están íntimamente unidos. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo». En pocas palabras lo dijeron también los obispos en el Sínodo para la Amazonia: «Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos». Y para expresar de modo contundente que ya no se trata de una cuestión secundaria o ideológica sino de un drama que nos daña a todos, los obispos africanos afirmaron que el cambio climático pone de manifiesto «un impactante ejemplo de pecado estructural».



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