Salmo 082
Este poema ilustra uno de los aspectos de la prolongada lucha que Israel mantuvo contra la idolatría y contra las concepciones del paganismo circundante. En algunas ocasiones, los Profetas -para dar una mayor fuerza persuasiva a sus palabras- interpelaban a los dioses paganos y les reprochaban su incapacidad para hacer alguna cosa, sea buena o mala (Is. 41. 21-29). Mediante un procedimiento literario similar, este Salmo presenta al Señor alzándose como Juez en medio de los dioses, para condenarlos a la impotencia total, después de haberlos acusado de fomentar la injusticia entre los hombres.
Posteriormente, este Salmo se interpretó como un apóstrofe contra los jueces y gobernantes injustos.
1 Salmo de Asaf.
El Señor se levanta en la asamblea divina
y juzga en medio de los dioses;
Esta acción de juicio aún no ha tenido lugar y se cumplirá en el futuro reino. Tendrá lugar en el milenio. Es importante entender correctamente este versículo de la Escritura. ¿A quién está llamando dioses? Él está llamando dioses a los jueces porque ellos estaban actuaban en su lugar.
¿Tratamos demasiadas veces de ejercer esa labor de jueces de nuestros semejantes?
2 “¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente
y favoreceréis a los malvados? Pausa
3 ¡Defended al desvalido y al huérfano,
haced justicia al oprimido y al pobre;
4 librad al débil y al indigente,
rescátadlos del poder de los impíos!”.
Aquí tenemos algo que es muy importante. Cuando el Señor Jesucristo venga como juez a esta tierra, va a defender a los pobres, a los huérfanos, a los afligidos y a los necesitados. Así que en la actualidad, los jueces están ejerciendo su tarea en el lugar de Dios y deberían actuar juzgando con justicia y aplicando la ley tanto a las personas influyentes como a los más desfavorecidos de la sociedad
¿Somos capaces de reconocer a las personas necesitadas que tenemos más cerca? ¿Les ayudamos?
5 Pero ellos caminan en la oscuridad,
faltos de inteligencia y comprensión,
mientras vacilan los fundamentos de la tierra.
Ciertamente podemos decir hoy que la sociedad está siendo sacudida, y en consecuencia aumenta la confusión y el desorden. Y la labor de los jueces se ha convertido en una tarea cada vez más problemática. Y ellos deberían tener en cuenta que las personas influyentes suelen encontrar con mayor facilidad la manera de burlar la acción de la justicia. Por lo tanto, los jueces deberían luchar por mantener la neutralidad e imparcialidad de la justicia, con un trato igual para todos, sin importar la procedencia, medios económicos o influencia de aquellos que han quebrantado la ley.
¿Sabemos ser luz de fe para los que nos rodean?
6 Yo había pensado: “Vosotros sois dioses,
todos sois hijos del Altísimo”.
El salmista les decía que ellos estaban sentados en un lugar de juicio, y cuando uno se sienta en un lugar de juicio, en realidad uno está ocupando el lugar de Dios. Y muchos cristianos son culpables de actitud, al juzgar a otros cristianos. El apóstol Pablo decía que él iba a estar ante Dios algún día y por tal motivo, ni siquiera se juzgaba a sí mismo. Cuando usted osamos juzgar a alguien, es como si estuviéramos actuando de parte de Dios, representando a Dios, y entonces, al ocupar ese lugar, nos constituimos en un dios.
Hace muchos años tuvo lugar un juicio en la ciudad de Nueva York, y el juez que trató aquel caso de un matrimonio acusado de espionaje dijo que la noche anterior al día en que tenía que dictar sentencia la había pasado en oración. ¿Por qué? Porque iba a pronunciar una sentencia muy severa, iba actuar en lugar de Dios al hacer su decisión. Estaba ocupando el lugar de Dios al juzgar las vidas de dos personas que tendrían que ser castigados por haber cometido un grave delito contra su nación. Alguien que ocupa esa posición en la sociedad, debería ser una persona que reconoce el lugar, autoridad y jurisdicción de un Juez Supremo, que conoce la importancia de la oración para comunicarse con ese Juez Supremo, quien le ha permitido tener un cargo de gran responsabilidad en la aplicación de las leyes humanas. Habría que examinar críticamente y evaluar donde ha comenzado en algunos países la ruptura o desintegración progresiva del respeto a la ley y el orden; si en el elemento criminal, o en la forma en que algunos ejercen su profesión legal.
Así es que es como si Dios les estuviera aquí diciendo a los jueces: "Juzgad con rectitud. Sois como dioses, y todos sois hijos del Altísimo".
¿Tratamos de ser justos en nuestro trato con los demás?
7 Pero moriréis como cualquier hombre,
caeréis como cualquiera de los príncipes.
Dios les recordó a los jueces, que están en la tierra en lugar de Dios, que son seres humanos, y que un día futuro tendrán que presentarse ante Dios y ser ellos mismos juzgados.
¿Somos humildes en nuestro comportamiento diario?
8 Levántate, Señor, juzga a la tierra,
porque tú eres el dueño de todas las naciones.
Ésta será la oración de la nación de Israel. Y con toda seguridad podemos unirnos a esa oración en el día de hoy. Todo le pertenece a Él y Él juzgará. Creemos que ésta es una oración que todos nosotros podemos dirigir a Dios en la hora actual.
¿Confiamos en la justicia del Señor?