A Salmo

El libro de los Salmos en su contexto literario Jacir de Freitas Faria
Resumen
El presente artículo quiere ser una contribución al estudio de los Salmos en su contexto literario.
En la primera parte, varias cuestiones introductorias a los Salmos serán tratadas, tales como: nombre, título, numeración, división, etc. A continuación, la poesía presente en los Salmos será analizada en sus diversos recursos sonoros y literarios.

 

Introducción
Obra de rara belleza literaria y espiritual, los Salmos son el resultado de una colección de fe rezada, cantada y decantada en la historia de la alianza entre Dios e Israel. Procurar comprender estas oraciones es lo mismo que no comprenderlas. Preguntar es simplemente preguntar: ¿Cuál es el significado de los Salmos en sus contextos literario y teológico? ¿Qué recursos sonoros y literarios el salmista utilizó para rezar? ¿Cómo rezar los Salmos hoy? ¿Los Salmos fueron escritos por comunidades o por personas? ¿Por qué en el libro de los Salmos encontramos solamente 150 Salmos? ¿Es posible datarlos Salmos? ¿Por qué la Liturgia de las Horas de la Iglesia Católica eliminó partes de algunos Salmos en el breviario? Además, es de considerar la actualidad de los cuestionamientos que el propio salmista se propone: ¿Por qué estoy sufriendo? ¿Por qué el impío no perece? ¿Quién soy yo? Y Dios, ¿Quién es? ¿Quién me ayudará? ¿Quién me levantará el brazo? Responder a estas preguntas en la perspectiva literaria es lo que haremos en las páginas siguientes.
Los Salmos hablan naturalmente de Dios. En todo ven la acción de Dios. Nosotros, al contrario, no percibimos la realidad de este mismo modo. La oración para nosotros es un problema. En la realidad posmoderna, reconocerse delante de Dios es problemático. Muchas veces, la oración no expresa nuestra experiencia de vida. Vivimos en nuestros días un largo período de incertidumbre o, por qué no decir, de muchas certezas. Para nosotros, los Salmos presentan un lenguaje muy difícil, lleno de semitismos. Son modos de expresar los sentimientos que no son los nuestros. Además de eso, las traducciones no consiguen expresar la riqueza literaria de la poesía hebrea.
Releer los Salmos teniendo en cuenta las varias posibilidades que la lengua hebrea ofrece para expresar un pensamiento, una emoción, una oración, es lo que queremos hacer en las páginas que siguen. Nuestro objetivo será el de considerar los Salmos en la perspectiva literaria.
Daremos las herramientas básicas para la interpretación exegético-teológica de un Salmo.

1 – El libro de los Salmos en la Biblia
El libro de los Salmos abre la tercera sección de la Biblia Hebrea, los llamados Escritos. El forma junto con Job y Proverbios el trío de apertura. En la traducción griega de la Biblia, la LXX, el libro de los Salmos forma parte del grupo de libros sapienciales o didácticos.
Después de los Salmos se encuentran los libros poéticos.
La presencia del libro de los Salmos después de la Torá y los Profetas, en la Biblia Hebrea, muestra una continuidad en el pensamiento judaico. Dios nos dió la Torá, los Profetas son aquellos que reorientan al pueblo en el Camino (Torá), cuando este se desvía por otros caminos. Los Salmos son la oración, la fe rezada, en el deseo y en la certeza de un camino que no se puede desviar. La oración nos coloca en el camino. David, el gran rey, a quien son atribuidos muchos Salmos, también podía ser “el Profeta” que reza y orienta su vida y la de su pueblo para permanecer en el camino (Torá) de Dios.
Los Escritos, iniciándose con los Salmos, quieren ser la Sabiduría y la Historia de Israel, marcada por la fe.

2 – La base de los Salmos
Antes de comenzar el estudio literario de los Salmos, no podemos dejar de considerar que los Salmos son una síntesis bien hecha de la Biblia. En los Salmos, la historia de la salvación, la naturaleza, los sentimientos, la esperanza1, los sufrimientos2, etc., son transformados en oración. La síntesis de la Biblia – Vida – rezada es, pues, expresión de la vida individual y colectiva del pueblo de Israel, manifestada por innumerables sentimientos: aborrecimiento, admiración, afecto, ambición, angustia, antipatía, benevolencia, celos, compasión, desconfianza, disgusto, deseo, destrucción, temor, dolor, nostalgia, optimismo, pasividad, pena, tristeza, pesimismo, lamentación, rechazo, fragilidad, justicia, venganza, alabanza, súplica, fortaleza, etc.
Súplica Deseo Gratitud Alabanza Crueldad Confianza Síntesis de la vida Lamentación Introspección
Arrepentimiento Indignación

3 - ¿A qué podemos comparar los Salmos?
Comparar el libro de los Salmos no es una tarea muy difícil. Ellos son como un bosque, un diccionario o un libro de poesía.
a) Bosque: en este encontramos variedad de plantas y animales, y si no prestamos la debida atención nos podemos perder. Así también ocurre con el libro de los Salmos. Los Salmos representan los diversos matices de la vida. Cada Salmo tiene su particularidad. Podemos agruparlos por tipos, pero siempre serán únicos. Una ayuda para no perdernos en ese mundo diversificado es considerarlos como síntesis de la Biblia en forma de oración.

b) Diccionario: un diccionario será siempre un libro de investigación para momentos específicos. Cuando alguien no sabe el significado de una palabra, va enseguida al diccionario. Nadie lee o estudia un diccionario del inicio al fin. Así también ocurre con los Salmos. Una determinada situación de la vida pide un tipo de Salmo para ser rezado. En tanto, no podemos volvernos fundamentalistas con los Salmos, es decir, clasificar los Salmos según las dificultades de la vida; pues así se corre el riesgo de clasificar los Salmos según nuestros intereses.
c)
Libro de poesía: un libro de poesías es siempre la imágen de su autor(a). La vida, la imaginación de quien los produjo ganan vida en las palabras escritas. La poesía genera otra poesía. Alguien puede llegar al alma de quien escribió o simplemente crear otra poesía. Poesía se interpreta con poesía. Así también ocurre con los Salmos. Ellos son verdaderas poesías. Y qué poesías!

4 – El nombre “Libro de los Salmos”
El libro de los Salmos es llamado en el texto hebreo sefer tehillin, lo cual podemos traducir por Libro de Alabanzas o de Himnos. En verdad, tehillin deriva de la raiz hll que significa himnos, alabanzas, cantos de alabanza. De ese modo, en el nombre del libro ya está presente su propósito, esto es, el de alabar a Dios. El texto hebreo de los Salmos es el más antiguo y, aunque muy corrompido, es el mejor texto de los Salmos. Las traducciones castellanas actuales de los Salmos siguen el texto hebreo.
El texto griego de los Salmos, también conocido como traducción de los Setenta (LXX), trae el nombre de Psalterium, que en verdad es un instrumento musical de ocho cuerdas. Salterio es la traducción del sustantivo hebreo mizmor, canto sagrado acompañado de un salterio. Esta terminología aparece 57 veces en el libro de los Salmos, lo cual contribuyó para que ese título se convierta por extensión en el título del libro entero. El texto griego no es aconsejable por ser impreciso y lleno de agregados al texto hebreo.

5 – División del Libro de los Salmos
El libro de los Salmos está dividido en cinco partes:
a) Primera parte: 1-41 – Colección Yavista. Es atribuida a David, nombre que aparece en el encabezamiento de todos los salmos de esa sección, con excepción del 33, y también de los Salmos 1 y 2, los cuales parecen ser una introducción a todo el libro de los Salmos. Esta primera sección es pre-exílica y por tanto la más antigua. El nombre de Dios en la forma de Yavé aparece 272 veces.
b) Segunda parte: 42-72 – Colección Eloísta. El eloísta hizo la redacción final. Es de origen judaico y data del comienzo del exilio babilónico.
El nombre de Dios en la forma de Elohim aparece 164 veces.
c) Tercera parte: 73-89 – Colección Eloísta. Atribuida a Asaf, fundador de una escuela de cantores del Templo conocida como “Hijos de Asaf”.
Los Salmos 84-89 son yavistas.
d) Cuarta parte: 90-106 – Nueva Colección Yavista.
Esta colección, y también la que sigue, parece ser una selección de Salmos que no pudieron entrar en las colecciones anteriores.
e) Quinta parte: 107-150 – Nueva Colección Yavista.
El nombre Yavé (Dios) aparece 236 veces.
Cada sección termina con la doxología: “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, desde ahora y para siempre! Amén! Amén! (41,14; 72,18; 89,53; 106,48).
Esta división de los Salmos en cinco partes es litúrgica y tiene una clara intención de imitar el Pentateuco
Un judeo piadoso sabía cuánto era importante seguir la Torá. Seguirla fielmente garantizaría la salvación. Nada mejor, entonces, que rezar los Salmos pensando en la Torá.
Además de eso, basta pensar en el juego de los números que evocan los 150 Salmos. Un
bloque de 50 Salmos equivale a decir 5 veces 10 (decálogo). Y 50 veces 3 (plenitud). El tres es un número muy querido por los judeos, pues es el primer número impar (fuerte) después de un número débil (2). Para nosotros los números fuertes son los pares, pero para la cultura semita es lo contrario. Un número fuerte es aquel que no puede ser dividido. Dios es uno (’ehad) y basta. Expresamos ese mismo pensamiento recurriendo al número 10. Dios es diez.
En el intento de cerrar el canon del libro de los Salmos con 150 Salmos, algunos Salmos quedaron duplicados, algunos fueron compuestos con partes de otros. Los Salmos 14 y 53 son iguales. Los Salmos 40,14-18 y 70, y 57,8-12 + 60,6b-14 y 107 tienen partes iguales. La traducción griega de los LXX contiene 151 Salmos, siendo que el último no es considerado canónico.

6 – La numeración de los Salmos
Muchas personas se confunden cuando les piden que abran su Biblia en un Salmo, sobre todo cuando este no está entre la numeración de 1 a 8 y de 148 a 150. ¿Por qué esa diferencia en la numeración de después fue traducido al griego, es más fácil comprender la confusión? Las Biblias de Jerusalén y Dios Habla Hoy, por ejemplo, siguen la numeración del texto hebreo, también llamado Texto Masorético (TM), y ponen entre paréntesis la numeración que corresponde al texto griego, también conocido como Setenta (LXX). En cambio, la Biblia Reina-Valera sigue estrictamente el Texto Masorético. La numeración griega no es la misma que la hebrea, y de allí la confusión. Veamos el cuadro abajo para comprender mejor lo que estamos queriendo decir.
Texto hebreo (TM)         Texto griego (LXX)

1 - 8                          1 - 8 Misma numeración
9 - 10                          9                                            9 – 10 reunidos en uno solo

11 - 113                    10 - 112                                    Un número menos

114 - 115                  113                                             114 – 115 reunidos en uno solo

116                           114 - 115                                     116 dividido en dos
117 - 146                  116 - 145                                     Un número menos
147                           146 - 147                                    147 dividido en dos
148 - 150                  148 - 150                                     Misma numeración

Como síntesis podemos afirmar que en el texto griego los Salmos 9 a 147 difieren en la numeración en un número menos, porque la LXX reúne en un único Salmo los Salmos 9-10 y 114-115, pero divide en dos los Salmos 116 y 147. A los Salmos 1-8 y 147-150 corresponde la misma numeración en las dos tradiciones textuales.

7 – Los títulos de los Salmos
En el inicio de cada Salmo encontramos varias informaciones sobre el mismo, las cuales son conocidas como títulos. Pero antes de analizarlos debemos aclarar que los títulos en negrita no son originales, ellos fueron colocados por el editor de la Biblia y son desde ya una interpretación del Salmo.
Otra consideración no menos relevante es la que surge del hecho que 34 Salmos, o considerando la diferencia de numeración, 33 Salmos, no tienen títulos (Sl 1; 10; 33; 43; 71; 91; 93-97; 99; 104-107; 111-119; 135-137; 146-150).
Aunque aquellos no provienen de los autores, sino de tradiciones no identificables.
Después de esas consideraciones pasemos a analizar las informaciones que provienen de los títulos de los Salmos.
a) El modo de rezar
La primera información de un Salmo se refiere al modo en cómo debía ser rezado. Algunas Biblias no traducen este tipo de título, y lo transcriben en hebreo. Ellos son: Título Significado Utilización Mizmôr Canto sagrado acompañado de un salterio (instrumento de cuerda).
La LXX tradujo Mizmôr por Salmo.57 veces Ejemplos: 4; 5; 6; 8; 9
Shîr Himno o Cántico.30 veces Ejemplos: 45; 68; 83
Tefillâ Oración.5 veces Ejemplos: 17; 86; 90; 102; 142
Tehilâ Himno 1 vez
Ejemplos: 145
Miktâm Inscripción sobre una Estela. Poema áureo.
Oración secreta o a media voz para ser pronunciada de noche, a la tardecita o en una caverna.6 veces
Ejemplo: 16; 56; 57; 58; 59; 60
Maskîl Instrucción o Poema. Maskîl es aquel que procura a Dios, que es instruído en las cosas de Dios.
16 veces Ejemplo: 42; 52; 53; 54; 55; 74
Siggayôn Lamentación1 vez Ejemplo: 7,1
b) El Lamed en los títulos de los Salmos
En muchos Salmos encontramos la preposición le que corresponde a la letra hebrea lamed (l) y significa: a, para, de. La tradición llegó a pensar que el le ligado a un personaje en los títulos de los Salmos estaría indicando al autor del mismo, de allí la expresión “Lamed auctoris”.
Hoy sabemos que aquello representa un título honorífico. El le viene unido a los siguientes personajes en los Salmos: David: 73 veces Coré:11 veces Asaf:12 veces Salomón:2 veces Hemán, Etán, Yedutum, Moisés:1 vez
Podríamos agregar en esta lista los 55 Salmos atribuidos al regente o maestro de canto, cuya numeración es discutible. Mejor sería traducir el lamenasseah “para el maestro de canto” como indicación musical y no autoría. En verdad, 48 Salmos en el Texto Masorético son anónimos.
c) Los instrumentos musicales
Muchos Salmos vienen con la indicación de los instrumentos musicales a ser usados. Veamos una lista de ellos.
Instrumentos de cuerda: 4; 6; 54; 55; 61 y 76
Flauta: 5
Arpa: 8; 9-10; 81 y 84
Instrumento de ocho cuerdas:12
Oboe: 9 y 46
d) La melodía a ser usada
Las melodías de músicas antiguas y desconocidas por nosotros, aparecen como indicación de melodías a ser utilizadas en la oración de los Salmos. Nosotros también hacemos lo mismo cuando cantamos, por ejemplo, canciones de la comunidad con la melodía de la inolvidable música “Asa Branca”, de Luis Gonzaga.
“No destruyas”: 57; 58; 59 e 75
“La cierva de la aurora”: 22
“La paloma de los parajes distantes”: 56
“La muerte del hijo”: 9
e) El orígen histórico
Algunos títulos indican un posible momento histórico en el cual el Salmo fue compuesto.
Veamos algunos ejemplos:
Sl 51: “Cuando el profeta Natán le visitó después que él se había unido a Betsabé”
Sl 56: “Cuando los filisteos se apoderan de él en Gat”
Sl 63: “Cuando estaba en el desierto de Judá”
Sl 60: “Cuando David luchó contra Aram de Naharáyim y Aram de Sobá, y Joab, de vuelta, derrotó a Edom, en el valle de la
Sal: doce mil hombres”
f) El momento litúrgico para ser utilizado
En algunos Salmos encontramos la indicación del momento litúrgico en que un Salmo debía ser usado.
Canción de las subidas, de las peregrinaciones a Jerusalén:
Sl 120 a 134 Cántico para la dedicación del templo:
Sl 30 Cántico para el día sábado:
Sl 92 Canto para recordar o hacer memoria:
Sl 38; 70 Canto para días de alabanza (halel):
Sl 113; 117; 135; 146; 148; 150
8 - Los géneros literarios de los Salmos
Desde que la exégesis bíblica empezó a utilizar las ciencias en sus métodos interpretativos, ella no puede dejar de considerar los géneros literarios en el estudio de textos bíblicos. El biblista Hermann Gunkel (1862-1932) fue el pionero en el descubrimiento de los géneros literarios en los Salmos
Pero, ¿qué es precisamente un género literario? Género literario es el conjunto de palabras, fórmulas, imágenes capaces de expresar la situación vital-situacional de un pueblo. En ese sentido, se hizo conocida la expresión alemana Sitz im Leben.
1) La clasificación de Hermann Gunkel
Hermann Gunkel identificó tres géneros principales: los himnos, las súplicas y las acciones de gracias, así como diversos géneros menores.
a) Himnos
Son Salmos que alaban a Dios por su acción en la naturaleza y en la historia de la salvación del pueblo escogido. Los himnos son: Sal 8; 19; 29; 33; 46-48; 84; 87; 96-100; 103-106; 113; 114; 117; 122; 135; 136; 145-150.
b) Súplicas
Lo característico de un Salmo de Súplica consiste en el hecho de que su modo de rezar es un lamento individual o colectivo hacia Dios. Los sufrimientos de la vida diaria son transformados en oración. Las Súplicas son: Sal 3; 5-7; 12; 13; 17; 22; 25; 26; 28; 31; 35; 38; 42-43; 44; 51; 54-57; 59; 60; 63; 64; 69-71; 74; 77; 79; 80; 83; 85; 86; 102; 106; 120;123; 129; 130; 137; 140-143.
c) Acción de gracias
Consiste en agradecer fundamentalmente a Dios por los bienes concedidos, por la liberación de un peligro, la abundancia en las cosechas, beneficios concedidos al rey. La mayoría de esos 9Salmos son individuales. Los Salmos de Acción de Gracias son: 18; 21; 30; 33; 34; 40; 65-68; 92; 116; 118; 124; 129; 138; 144.
d) Géneros menores
Muchos otros géneros literarios menores componen el libro de los Salmos. Podemos mencionar Salmos sapienciales, histórico-didácticos, de exhortación profética, regios, etc.
2 - Otras clasificaciones
A partir de H. Gunkel se hicieron muchos otros estudios sobre los Salmos. Surgieron muchas otras clasificaciones. Algunas de ellas llegan a ser bien existenciales y encarnadas, como es el caso de Marc Girard que clasifica los Salmos en cuatro grandes familias: Salmos de liberación, de Instrucción, de Alabanza y de Celebración de la vida. Su argumentación es que “el pueblo tiene cuatro necesidades fundamentales para satisfacer: librarse de los problemas, dejarse instruir, maravillarse con lo que es bello
y hacer la fiesta”
En verdad, estamos ante varias posibilidades que nos ayudan a comprender los Salmos como síntesis de la Biblia rezada. Nosotros preferimos estudiar los Salmos a partir de grandes temas transformados en oración, a saber: historia, naturaleza, esperanza, sufrimiento, necesidad de superarse y deseo de Dios.

9 - La poesía en los Salmos
En el mundo antiguo, sobre todo en Israel, la poesía era muy utilizada en el lenguaje hablado. La costumbre de recitar en voz alta los textos, muestra cuánto las personas tenían los oidos afinados para detalles sonoros y literarios de un texto, y esto puede ser percibido en la belleza literaria de un Salmo. Es lo que veremos a continuación.
1) En la base, el paralelismo
La poesía hebrea tiene en el paralelismo su forma básica. El paralelismo es una forma enfática de colocar una idea en paralelo. “Se trata fundamentalmente de un proceso de pensamiento por el cual una realidad es precisada o esclarecida por la evocación de otra semejante – a veces idéntica – o contraria. El paralelismo procura penetrar lo real por medio de la analogía o de la oposición”.
Israel no escatimó esfuerzos para cultivar siempre más el paralelismo como forma de expresar su pensamiento. La Biblia, y notablemente los Salmos, es una fuente profunda de esa sabiduría hebrea. Con el paralelismo Israel puede, a través de los Salmos, hacer patente lo que estaba latente en su pensar y actuar en relación con Dios y con su prójimo. En los Salmos la poesía aflora con vigor. Rezar un Salmo nos desafía también a descubrir su belleza poética.
El paralelismo puede ser interno o externo. El primero ocurre entre hemistiquios (parte) de un estiquio (versículo), y el segundo entre estiquios (versículos). Hay tres tipos de paralelismo:
Sinonímico: la segunda idea (a’) es sinónima de la primera (a);
Sintético: la segunda idea (a’) sintetiza la primera (a);
Antitético: la segunda idea (a’) contradice la primera (a).
Paralelismo interno
a) Sinonímico Sal 6,2-3:
a: “Señor, no me castigues con tu ira,
a’: no me corrijas con tu furor!”
a: “Ten piedad de mí, que yo desfallezco!
a': Cúrame, Yavé, pues mis huesos tiemblan”.
b) Sintético
Sl 19,8-9:
a: “La ley del Señor es perfecta,
a’: hace la vida volver”.
a: “El testimonio del Señor es firme,
a’: convierte en sabios a los simples”.
c) Antitético
Sl 1,6:
a: “Si, el Señor conoce el camino de los justos,
a’: mas el camino de los impios perece”.
Paralelismo externo
a) Sinonímico
Sl 59,2-3:
a: “Dios mío, líbrame de mis enemigos,
protégeme de mis opresores!
a': Líbrame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios!”
b) Sintético
11
Sl 67,2-3:
a: “Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros,
a’: para que se conozca tu camino sobre la tierra, en todas las naciones tu salvación”.
c) Antitético Sl 3,2-5:
a: “Señor, cuán numerosos son mis opresores, numerosos los que se levantan contra mí,numerosos los que dicen sobre mí:
‘¿Dónde está su salvación en Dios?’
a’: Pero tu, Señor, eres el escudo que me protege, mi gloria y el que me levanta la cabeza.
En alta voz yo grito al Señor, y él me responde desde su monte santo”.
2 – El paralelismo morfológico
El paralelismo morfológico, también sinonímico, sintético o antitético, ocurre entre elementos de hemistiquios. Ellos son construidos de varios modos, a saber:
a) Entre nombre propio y pronombre Sl 33, 2:
“Alabad al Señor con arpa, tocad-le la lira de diez cuerdas”.
b) Entre expresión preposicional y adverbio Sl 34,2:
“Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca”.
c) Entre sustantivo y verbo Salmo 97,9:
“Si, pues tú eres Señor el Altísimo sobre toda la tierra, fuiste exaltado sobre todos los dioses”.
d) Entre tiempos verbales Sl 29,10:
“El Señor está sentado sobre el diluvio, el Señor se sentó como rey eterno”.
e) Entre géneros (masculino / femenino) Sl 144,12:
“Sean nuestros hijos como plantas, crecidos desde la adolescencia; nuestras hijas sean columnas talladas, imagen de un palacio”.
f) Entre palabras parecidas o términos correspondientes
Este tipo de paralelismo facilita la memorización y da cohesión interna al verso.
Sl 55,2-3:
“Presta oido a mi oración, oh Dios, no huyas de mi súplica! Préstame atención y respóndeme: estoy divagando en mi lamento”.
g) Numérico
La acción que uno de los números describe es, pues, reforzada.
Sl 62,12:
“Dios habló una Palabra y dos oí”.
h) De grados
Secuencia de tres frases o hemistiquios, donde la segunda repite y la tercera complementa.
Este modo de proceder crea tensión en el oyente, llamando la atención el énfasis creado.
Sl 93,3: “ Levantan los ríos, Señor, levantan los ríos su voz, levantan los ríos su rumor”.
3 - Los recursos sonoros
La poesía no se hace solamente con recursos literarios. La repetición de sonidos en el interior de un texto es también un recurso sonoro muy importante para que el texto comunique su mensaje. Así, podemos hasta hablar de paralelismo de sonidos y ritmos, y no solamente de contenidos o ideas. El gran problema para nosotros es la traducción castellana, pues evidentemente no puede conservar la belleza sonora producida por el texto hebreo. Los recursos sonoros más utilizados en la poesía hebrea son:
a) Aliteración
Consiste en la repetición del sonido de una consonante en el inicio de palabras o de sílabas.
En el Salmo 122, la consonante shin aparece nada menos que 18 veces, colocando en evidencia los sustantivos paz y Jerusalén, y mostrando así con un sonido el centro del Salmo122.
Sal 122,4.6: shesham ‘alu shebatim shibetey-yah‘edut leyisra’el lehodot leshem adonaysha’lû shelôm yeru shalaim y sh layu ’hebayik“
Para donde suben las tribus, las tribus de Israel, es una razón para Israel celebrar el nombre del Señor.”
b) Rima
Un sonido es repetido en el inicio o el fin de un hemistiquio. También en el castellano encontramos este recurso sonoro no muy utilizado en los Salmos.
Sl 122,6-9:
“Pedí la paz para Jerusalén:
Que tus tiendas reposen,
haya paz en tus muros
y reposo en tus palacios”.
c) Asonancia
Repetición de una misma vocal acentuada.
Sl 17,3:
Bahánta libbi paqádta láyla seraptáni bal-timsá‘
“Puedes sondearme el corazón, visitarme por la noche, probarme con el fuego”.
d) Onomatopeya
Palabra cuya pronunciación suena a aquello que describe. En castellano, por ejemplo, tenemos
una onomatopeya al decir: el tic-tac del reloj. En el Salmo siguiente la consonante mem (m) evoca el mar enfurecido.
Sal 93,4: miqqlôt mayim rabbim
“Más que el fragor de las aguas caudalosas”.
e) Paronamasia
Uso de palabras semejantes en los sonidos, pero diferentes en el sentido.
Sal 12,7: ’imarôt yhaweh ’marôtteh orôt
“Las palabras del Señor son palabras puras”

4 - Recursos literarios
a) Inclusión
Consiste en delimitar el inicio y el fin de un Salmo, o bien una de sus partes. La inclusión puede ser parcial o total. La inclusión funciona como el marco de un cuadro.
Sal 8,2.10:
“Señor nuestro, cuán poderoso es tu nombre en toda la tierra”.
b) Repetición
Un nombre o una expresión es repetida varias veces para expresar el sentimiento del salmista, marcar un punto importante del Salmo o crear efectos artísticos. La repetición en el inicio y en el final de un Salmo es conocida también como inclusión, como en el Salmo 8.
Sal 8,3:
Numerosos (3 veces); Yavé (6 veces).
Numerosos son los adversarios, mas el Señor es presencia segura que conforta a quien en él cree.
c) Refrán
Una frase es repetida varias veces.
Sal 136:
“porque para siempre es su amor!” Esa frase aparece 26 veces en el Sal 136.
d) Quiasmo
Los elementos del segundo miembro son colocados en el orden inverso del primero para expresar elegancia. Lamentablemente, nuestras traducciones, por coherencia interna de la lengua, no siempre pueden respetar el orden del texto hebreo.
Sl 9,19:
Porque el indigente no será olvidado para siempre
Jamás se frustrará la esperanza del pobre
e) Metáfora
Palabras o frases que se revisten de un sentido especial. Ellas no pueden ser tomadas al pie de la letra.
Sl 22,13-15:
“Me cercan toros numerosos, toros fuertes de Basán me rodean; abren sus bocas contra mí,como león que desgarra y ruge.”
f) Composición alfabética
Una composición alfabética común en los Salmos es la del tipo acróstico formado por las 22 consonantes del alfabeto hebreo. Este modo de expresar un pensamiento simboliza la totalidad del mismo.
Sal 9-10; 111; 112.
g) Concéntrica
Repetición de términos o frases, colocando en el centro la idea principal del Salmo o de la estrofa. Su composición es del tipo ABC-X-C’B’A’
Sal 8
A – (v. 2) “Señor, nuestro Dios, cuán ...”
B – (v. 2c) “... sobre el cielo”.
C – (v. 4a) “el cielo, obra de tus dedos”
X – (v. 5) “¿qué es un mortal... y el hijo de Adán
...

C’ – (v. 7a) “las obras de tus manos”
B’ – (v. 9a) “el ave del cielo ...”
A’ – (v. 10) “Señor, nuestro Dios, cuán ...”
h) Paralela
La estructura paralela es muy común en los Salmos.
Ella puede ser temática o de palabras. La estructura paralela puede ser del tipo ABCD – A’B’C’D’. Descubriendo la estructura paralela del Salmo podemos percibir con más facilidad y seguridad el sentido del texto.
Sl 132:
A (v.1-4): David jura al Señor
B (v.5-8): morada para el Señor (...) tu reposo
C (v.9): sacerdotes vestidos de justicia
D (v.10): David es ungido
A’ (v.11-12): el Señor jura a David
B’ (v.13-15): el Señor escogió a Sión (...) mi repo
so
C’ (v.16): sacerdotes vestidos de salvación
D’ (v.17): David es ungido

10 - Conclusión

Dios nos habla en todos los libros de la Biblia por medio de los profetas o de los apóstoles. En el libro de los Salmos nos enseña cómo debemos hablarle nosotros a Él.
El "libro de los Salmos" es llamado en hebreo "Sefer Tefilín", que significa "Libro de las alabanzas", lo que indica que todos los salmos son alabanzas a Dios, también los que recogen sentimientos dramáticos, de frustración, de súplica... ya que Dios nos acepta tal como somos, con nuestros sentimientos reales, que se transforman en alabanza cuando los expresamos en su presencia.
La palabra "Salmo" en hebreo se dice "Mizmor", de la raíz "zamar", que significa tocar las cuerdas de un instrumento musical. Es lo mismo que la palabra griega "psalein", de la que viene el nombre "Psalterio" que es como se llama en griego al "Libro de los Salmos". El "salterio" es un instrumento de cuerdas parecido a la "cítara" que ilustra esta entrada.
Esto nos indica que el "Libro de los Salmos" es, ante todo, un cancionero que recoge 150 piezas para interpretar en las circunstancias más diversas: cuando se peregrina a Jerusalén, en las fiestas religiosas, cuando muere una persona, etc.
Los más antiguos tienen unos tres mil años y los más modernos unos dos mil doscientos. Como muchos de ellos provienen del Rey David, que compuso algunos y recopiló otros se le suele nombrar como el autor, aunque han sido compuestos en épocas y lugares muy diferentes.
Tanto los judíos como los cristianos encontramos en los Salmos la principal inspiración para nuestra oración.